El PP asume en su propuesta de reforma de RTVE que el Estado pague su deuda de 600.000 millones

El PP presentó ayer finalmente su propuesta de futuro para RTVE con un exceso de expectación para la iniciativa finalmente rematada. Sin embargo, Alejandro Ballesteros, portavoz popular en la subcomisión parlamentaria que ha estudiado durante el último año la viabilidad del Ente, calificó ayer de "solución histórica" el compromiso adquirido por su partido de que el Estado asuma el pago de toda la deuda contraída por RTVE, que se cifra en unos 600.000 millones de pesetas. El PP sigue reservando para el Gobierno la potestad de nombrar al futuro presidente de esta emblemática y conflictiva compañía. El PSOE e Izquierda Unida rechazaron esta oferta por precipitada y ambigua.La diputada socialista Rosa Conde, portavoz de su partido en esta materia, se atrevió incluso a añorar la propuesta emitida en junio de 1998 por el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, al considerar la patrocinada ahora por Ballesteros como más "retrógada" y "menos comprometida".

El propio Ballesteros admitió que la crítica hacia la falta de concreción era posible porque su partido había optado por no especificar algunos aspectos polémicos de cómo será RTVE en el futuro para consensuarlos con las demás fuerzas políticas.

Esa acuerdo no será posible en esta legislatura. El PP ha esperado a la penúltima semana de este mandato para formular por escrito, en 52 folios, su iniciativa sobre la televisión estatal. Sus intenciones pasan ahora porque la subcomisión de RTVE acepte estos planteamientos en la mañana del próximo martes y la comisión Constitucional los ratifique esa tarde, ya en la última semana de la legislatura. PSOE e IU avanzaron que no habrá tiempo material para ese acuerdo. Ballesteros y el PP, pese a saber que socialistas e IU se oponen a que el director sea nombrado por el Gobierno, entre otros asuntos, han llevado sus planes hasta el final.

El PP parte, en su nuevo modelo para la RTVE, por asumir toda la deuda histórica del Ente, que se calcula sobre los 600.000 millones de pesetas. Populares y socialistas discrepan sobre cómo se ha llegado a esa cuantía, achacándose mutuamente la responsabilidad. Mientras para el PP y un informe del Tribunal de Cuentas, este partido recogió la televisión estatal con un déficit de 400.000 millones, el PSOE rebaja esa herencia a 240.000 y atribuye el posterior aumento al Gobierno de Aznar. El PP afrontará ahora la asunción de esa deuda, pero no explica en cuantas anualidades o si será de golpe en los primeros Presupuestos Generales de su próximo mandato.

El nuevo documento del PP sobre RTVE aboga por una definición de la televisión como "servicio público global", "de calidad, diversa, equilibrada y universal" en la que se imponga el criterio "de rentabilidad social". Acepta el tamaño de la plantilla de trabajadores del Ente; apuesta por los canales temáticos; plantea la firma de un convenio de financiación trianual en los Presupuestos del Estado; permite un sistema de ingresos "no mixtos sino plurales y diversificados" con aportaciones estatales única y obligatoriamente para los programas de contenido público y en donde la publicidad tenga sus límites. Se reserva para el Gobierno la potestad de nombrar al director general o presidente y se apunta que el consejo de administración actual de representantes políticos no sirve y debe sustituirse por otro órgano asesor mixto, con políticos y distintos sectores sociales.