El Guggenheim ofrecerá el año próximo seis instalaciones diferentes de su colección permanente

El Museo Guggenheim Bilbao mostrará a lo largo del 2000 seis instalaciones diferentes de las obras de su colección permanente. La oferta será especialmente intensa en los meses de verano, en los que coincidirán propuestas dedicadas al arte pop, a la fotografía de Robert Mapplethorpe, a la abstracción de la posguerra y volverán a las salas de exhibición las colecciones de Anselm Kiefer y Francesco Clemente, que formaron parte de la exposición inaugural. Con este programa la dirección espera mantener la cifra de visitantes anuales en alrededor del millón de personas. El presupuesto será de 3.800 millones de pesetas.

El Patronato de la Fundación Guggenheim Bilbao aprobó en una reunión celebrada el lunes el presupuesto y la programación artística presentada por el comité ejecutivo. Las cuentas del 2000 seguirán "una línea continuista y de asentamiento" del modelo puesto en marcha tras la apertura del museo en octubre de 1997, según dijo su director general, Juan Ignacio Vidarte. El Guggenheim dispondrá de un presupuesto de 3.800 millones de pesetas -frente a los 3.391 del ejercicio de 1999-, que en un 30% serán cubiertos por la subvención aportada a partes iguales por el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya. Así, el porcentaje de autofinanciación previsto, cerca del 70%, se ha situado un 28% por encima de lo establecido en el plan operativo aprobado en 1996. La partida destinada a la programación artística ascenderá a 1.080 millones, un 7% más que la gastada con este fin a lo largo de este año. Este dinero permitirá que la oferta del Guggenheim combine a lo largo de año seis propuestas de obras de sus fondos artísticos y seis exposiciones temporales.

Tras grandes bloques

El calendario del 2000 ha quedado organizado en tres grandes bloques. El primer cuatrimestre del año heredará las instalaciones inauguradas en el último tramo de 1999, como El arte de la motocicleta y las obras de la colección permanente de las salas clásicas del tercer piso, que se enriquecerá con las monográficas dedicadas a Richard Salle y Francesco Clemente, y La torre herida por el rayo: lo imposible como meta. En el segundo bloque del año llegará una revisión exhaustiva de la colección permanente. De junio a septiembre se presentará una nueva colección de obras de arte pop, en la que estarán representados Roy Lichtenstein, Claes Oldenburg, Robert Rauschenberg y Andy Warhol. A mediados de año se presentará también una selección de fotografías de Robert Mapplethorpe y una pequeña colección de piezas sobre papel creadas en los años 60, junto a una obra del norteamericano Richard Long, que utilizará agua y tierra local en un dibujo, que se destruirá al cierre de la exposición.

Para acabar de dar la vuelta al contenido del museo, de junio a octubre se presentará una instalación de fondos propios en torno a La abstracción en la Europa de la posguerra y en Estados Unidos, que dará la oportunidad de confrontar el art informel y el expresionismo abstracto, que surgieron uno y otro lado del océano, a través de obras de Tàpies, Chillida, Rothko y De Kooning, entre otros. En verano volverán a las salas de exposición las obras de Clemente y Kiefer, que formaron parte de la colección inaugural.

El Guggenheim será en otoño territorio minimal. La práctica totalidad de las salas serán ocupadas en el último bloque del año por las obras de la colección Panza.

Las previsiones sobre la afluencia de público no variarán. Los cálculos apuntan a que en el 2000 se alcanzará de nuevo el millón de visitantes. El Patronato dio su visto bueno a los cambios de tarifas y horarios. En búsqueda de un mayor aprovechamiento del tirón de las exposiciones que coinciden con la vacaciones veraniegas, el museo suspenderá durante esos meses el descanso de los lunes. La tarifa ordinaria general quedará en 1.000 pesetas, excepto en exposiciones especiales en las que subirá a 1.200 pesetas.