CDC se queda con todas las áreas de gestión en el consistorio de Tarragona
División y reorganización del organigrama municipal tal como exigía el Partido Popular (PP), pero sin cesión de poder por parte de Convergència (CDC). Éste es el resultado del pacto entre CiU y el PP en el consistorio de Tarragona. El pacto de gobierno, que ayer se hizo oficial, mantiene para Convergència las áreas municipales con mayor peso específico. Unió, el socio de CDC y la gran damnificada, se queda con el área de Cultura, mientras que Convergència se ha reservado competencias como las de Contratación, Urbanismo y Gestión Económica y Presupuestos.
De las seis grandes áreas que fija el nuevo organigrama municipal en virtud del pacto al que han llegado CiU y PP, los populares se han quedado sólo con Promoción y Estrategias de Ciudad. Ello contrasta con el pacto de gobierno suscrito en el anterior mandato entre CiU y el PSC y que daba a los socialistas mayores cotas de poder, ya que tenían, entre otras, la concejalía de Urbanismo. Esta vez, por el contrario, el alcalde Joan Miquel Nadal definió como innegociables para CDC las áreas de Urbanismo, a cuyo frente figura Maria Lluïsa Expósito, Contratación, con Àngel Fernández, y Gestión Económica y Presupuestos, dirigida por Joan Aregio, que se consolida como delfín de Nadal. Unió, pese a que cede Patrimonio al PP, ha podido arrancar de los convergentes dos tenencias de alcaldía, una más de las que sus socios de coalición estaban dispuestos a ofrecerles. Tanto los democristianos como los populares se mostraron satisfechos ayer del reparto de poder en el gobierno.Nadal se mostró parco en palabras para justificar, seis meses después de la elecciones, la elección de los conservadores como compañeros de viaje durante el presente mandato. Nadal explicó que la propuesta de gobierno de los conservadores le suponía mayores garantías de trabajo para el progreso de la ciudad, mientras que la de los socialistas iba, aseguró, "más allá de la realidad" que quiere para su ciudad.
El jefe de filas del PP en el consistorio, Francesc Ricomà, especificó que el pacto al que han llegado las dos formaciones va más allá de una redistribución de cargos: ha sido diseñado para garantizar "el trabajo de futuro" y puede representar "muchos años de gobierno". Ricomà explicó que trabajarán para situar a Tarragona en el lugar que le corresponde por su potencialidad y para que sea conocida en todo el mundo. El conservador aseguró que el trabajo del PP será el de hacer "la Tarragona de las personas", una vez superada, según dijo, la etapa de construcción y reforma.
El pacto de gobierno prevé actuaciones en tres grandes áreas: el progreso de la ciudad, la política social y la política cultural y de patrimonio. En el primero destaca la inclusión de grandes obras como el cinturón de circunvalación de la N-340, la adecuación de la N-240 o las obras de desvío del río Francolí.
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