_
_
_
_
_
LA LEY DE EXTRANJERÍA

Una subcomisión del Consejo de Europa recomienda legalizar a casi cinco millones de inmigrantes irregulares

Ni las alambradas ni las trabas legales frenarán la migración. Al contrario: la fortificación de Europa sólo servirá para engordar el negocio de las mafias que trafican con seres humanos y alargar las listas de muertos en el Estrecho. Convencidos de esta realidad, los integrantes de la Subcomisión de Migración del Consejo de Europa, reunidos ayer en Málaga, coincidieron en varias recomendaciones: la regularización de los entre tres y cinco millones de inmigrantes indocumentados existentes en los 41 países miembros, el apoyo al desarrollo económico del Tercer Mundo y el reconocimiento de la emigración como un derecho fundamental.Las propuestas, que no tienen carácter vinculante, serán elevadas a la Asamblea del Consejo, que se reunirá el 28 de enero en Estrasburgo. La pretensión de la subcomisión es que sean asumidas por los países miembros a fin de que las políticas restrictivas den paso a medidas y leyes que contribuyan a la integración social de los inmigrantes.

El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil Robles, eludió pronunciarse sobre las 112 enmiendas planteadas por el PP a la nueva Ley de Extranjería, pero su intervención fue categórica: "Construir un búnker con leyes y controles policiales es un error. La migración seguirá por vías clandestinas". Gil Robles abogó por introducir garantías jurídicas que pongan coto a la arbitrariedad de las Administraciones frente al inmigrante y denunció que las trabas burocráticas con frecuencia condenan a una situación irregular a personas que un día tuvieron sus papeles en regla.

Según la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España, más de mil personas perdieron la vida en 1998 tratando de cruzar el Estrecho. "Es una vulneración del derecho a la vida", recriminó su representante, Mouneim Azagrar, que recordó que la cifra es superior al número de las víctimas albanokosovares.

Lluis Bassets, director adjunto de EL PAÍS, defendió el derecho a la migración: "El procesamiento a Pinochet es la otra cara de la globalización y el derecho a la libre circulación debe ser una parte más de esa globalización". Para Bassets, no puede hacerse una interpretación amplia de la internacionalización cuando se habla de finanzas y restrictiva cuando afecta a las personas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_