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CUMBRE DE HELSINKI

La reunión propone una "minirreforma" para la ampliación de la Unión Europea

Los quince jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea (UE) inician esta mañana en la capital de Finlandia una cumbre importante. Además de dar un gran paso en la nueva política exterior común, convocarán la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debe reformar el Tratado de Amsterdam. Se trata de adecuar las instituciones de la Europa "a quince" para una Europa ampliada hacia el Este "a treinta".Será una minirreforma -sólo los cambios indispensables, como quería España- para una maxiampliación.

La cumbre de Amsterdam fracasó en junio de 1997 justo en la discusión de los asuntos para los que se había convocado. El nuevo Tratado quedó así cojo. Ahora, se inicia el camino de su reforma. Antes de llegar a Helsinki, ya se ha fraguado el consenso para remozar únicamente aquellos elementos indispensables a una UE más amplia.

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A saber, el número de comisarios que constituirán la Comisión en el futuro (como máximo uno por país, o sea, treinta, aunque incluso esa cifra parezca un exceso), la reponderación del número de votos en el Consejo (en favor de los grandes, porque casi todos los candidatos a la adhesión son pequeños) y la extensión del voto por mayoría cualificada, porque el veto en demasiadas materias haría aún más difícil la gestión de una Unión muy extensa. Junto a estos tres temas de calado político, probablemente se discutirán también otros detalles institucionales conexos, como la responsabilidad de los comisarios, el número de escaños en el Parlamento y la agilización de los procedimientos del Tribunal de Justicia

Sólo los tres países del Benelux pretenden aún convencer al resto de que la reforma sea más ambiciosa, e incluya más asuntos. El presidente de la Comisión, Romano Prodi, otro de los adalides de esa idea, ya ha tirado la toalla. Ahora, encajando el revés político, pretende sólo que en Helsinki no se cierre definitivamente esa posibilidad, por si luego se considera "necesario o deseable" ampliar el temario, ha escrito a los Quince. "Lo importante es que la puerta se quede abierta para poder ir más allá" si conviene, declaró.

¿Abierta a qué? Pues a los llamados "ejercicios que se desarrollan en paralelo", como la renovada Política Exterior y de Seguridad Común, la propuesta Carta de los Derechos Humanos. Y quizá también se intente incorporar nuevas normas sobre las "cooperaciones reforzadas" -las dos velocidades en el avance hacia alguna política comunitarizadora- o la reorganización de los Tratados.

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Pero los grandes países, entre ellos España, son enemigos acérrimos de llenar mucho la mochila de la CIG, porque "quien mucho abarca poco aprieta", como recuerda al respecto un alto diplomático español. En el fondo, temen que eso llevase de nuevo al ridículo de una nueva reforma cerrada en falso.

Si así sucediera, la maxiampliación al Este, que este fin de semana registrará un nuevo empujón al elevar al segundo grupo de candidatos (Rumania, Bulgaria, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Malta) al mismo grado de optantes que el primero (Polonia, República Checa, Hungría, Eslovenia, Estonia y Chipre) -es decir, a la negociación en serio- sufriría un retraso mucho más allá del 2003, año en que los más optimistas sitúan las primeras incorporaciones.

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