_
_
_
_

El PSC no avalará acuerdos entre Almunia y CiU en contra de su proyecto para Cataluña

Enric Company

VIENE DE LA PÁGINA 1 Los socialistas catalanes están escarmentados por la experiencia vivida en la última etapa de gobierno del PSOE, en la que el apoyo parlamentario de CiU a los apurados gabinetes de Felipe González les desactivó en Cataluña como oposición frente a Pujol. No quieren que esto se repita si en las próximas elecciones legislativas Joaquín Almunia precisa de los votos de CiU para alcanzar la presidencia del Gobierno, y Maragall lo dijo ayer con una claridad meridiana: "Se ha acabado la supeditación de la política catalana a los problemas de la gobernabilidad española; los dos asuntos están relacionados". Por si quedaba alguna duda, precisó: "Que todos saquen las consecuencias oportunas".

Más información
Maragall advierte que no aceptará ser la víctima de un pacto del PSOE con CiU

Las palabras de Maragall eran a la vez una advertencia al PSOE y una recriminación a CiU por el modelo político escogido para desarrollar la aplicación del Estatut. La "sucursalización" más importante de la política catalana se produce indirectamente, dijo, gracias a que resulta imposible "formar en Cataluña gobiernos con mayoría suficiente sin alianzas que limiten su libertad de movimientos". El sucursalismo se origina también, agregó, porque CiU ha basado su capacidad de construir un marco político catalán en la necesidad que los partidos de ámbito español puedan tener de su apoyo en las Cortes para formar mayorías parlamentarias. "Pero este escenario se acaba", aseguró.

La reforma del Estatut

La posición de socialistas, republicanos y ecosocialistas, favorable a emprender la puesta al día del Estatut, animó a Pujol a anunciar que se propone incentivar el debate sobre lo que define, en términos muy característicos de su mentalidad, como fórmulas para conseguir "más dinero y más poder" para el autogobierno catalán. El presidente de la Generalitat insistió, no obstante, en que su posición de partida es la demanda de una "relectura" autonomista de la Constitución y del propio Estatut. "Sólo si se demostrara que no sirve ya para el progreso material y nacional de Cataluña habría llegado el momento de cambiarlo", afirmó.

Pujol se atiene en esto al pacto con el PP en el reciente debate de su investidura como presidente. La suya es una situación por lo menos curiosa. Como ayer recordó Rafael Ribó, presidente de IC-Verds, Pujol consiguió en 1980 la primera investidura gracias a comprometerse con ERC a plantear la reforma del Estatut. Pero después de 19 años acaba de conseguir la sexta investidura gracias a comprometerse a lo contrario con el PP. Alberto Fernández Díaz, presidente regional del PP catalán, recordó ayer la exigencia de no reformar el Estatut. En su intervención en el acto conmemorativo insistió en la "vocación de permanencia" del Estatut y la Constitución y en que su estabilidad "es un valor" porque garantiza el punto de encuentro de posiciones muy diversas. Como, por ejemplo, la del propio PP y la de ERC, que por boca de su secretario general, Josep Lluís Carod, sostuvo que esperar del Gobierno de España relecturas del Estatut en clave autonomista como la pedida por Pujol "es esperar en vano". Tanto si es un gobierno de centro como de izquierda o de derecha, dijo. Y que, por tanto, lo que procede es reclamar la elaboración de un "estatuto nacional" catalán.

Ribó advirtió que es muy dificil reformar el Estatut porque a su juicio está "en los límites" de lo permitido por la Constitución y que, por tanto, "sería como querer matar moscas a cañonazos" porque para ciertas aspiraciones, lo que correspondería sería la reforma de la Constitución. Propuso crear un grupo de estudio según el modelo inglés de las royal commission, formado por personalidades independientes y diputados de todos los grupos.

El referéndum del Estatut se celebró el 25 de octubre de 1979 y, por tanto, el 20º aniversario de aquel acontecimiento se produjo tres días después de las últimas elecciones autonómicas. Consistió en un acto celebrado en uno de los salones del Parlament en el que, además de los presidentes de todos los grupos parlamentarios y del presidente de la Generalitat, hablaron también el presidente del Parlament, Joan Rigol y los tres presidentes que le precedieron: el republicano Heribert Barrera, el democristiano Joaquim Xicoy y el socialista Joan Reventós.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_