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Adams denuncia que ha sido espiado por Londres durante las negociaciones

Un microscópico micrófono instalado en el techo del automóvil de Gerry Adams disparó ayer el primer escándalo político en el Ulster en vías de paz. Adams, el presidente del Sinn Fein, frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), estaba furioso: las conversaciones desde su coche que mantuvo durante dos meses con la comisión internacional de desarme, con sus colaboradores e incluso con el IRA, son hoy de dominio de los servicios secretos británicos.

Adams había convocado una conferencia de prensa para presentar el programa de gobierno del Sinn Fein en el recién estrenado Ejecutivo autónomo del Ulster. Pero lo que mostró fue, con tono irritado, un equipo electrónico descubierto entre el metal y el acolchamiento del techo de su vehículo: un micrófono más pequeño que una moneda de un penique con alambres y cables hacia un amplificador con capacidad de entrar en onda, con la fuerza de una radio estéreo, desde algún lugar de la carrocería.Un watergate de verdad, pero con menos repercusiones. "Éste es un acto de muy mala fe", dijo el jefe del Sinn Fein, quien también aseguró que la actitud de los servicios secretos británicos "supone una quiebra de la confianza mutua".

Adams transportó su furia hacia todo el proceso de paz. "Algo hay detrás de todo esto", dijo. Su discreta referencia a la acción de los servicios secretos británicos fue inconfundible. Nadie, ni siquiera Adams, sabía decir anoche cuántas confidencias se habían transmitido desde su coche durante las negociaciones con el mediador norteamericano George Mitchell.

Los radicalizados miembros del IRA siempre han expresado dudas acerca de "acuerdos secretos" antes de la constitución del nuevo Gobierno. Las cintas grabadas en la intimidad del Ford de Adams, bien utilizadas, pueden transformarse en un nuevo torrente de acusaciones contra los republicanos.

Por eso, Adams se preguntaba ayer en la conferencia de prensa: "¿Ayuda esto [el espionaje] al proceso de paz? Pues no, no ayuda".

Sin respuesta

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Las escuchas también habrían alcanzado las conversaciones del segundo del Sinn Fein, Martin McGuinness, nuevo ministro de Educación en el Uslter y usuario habitual del vehículo.

La oficina del primer ministro británico, Tony Blair, no ha emitido comentario alguno siguiendo su regla de no pronunciarse sobre asuntos de espionaje. Pero un portavoz de Blair dijo ayer: "Es normal que la policía y los departamentos de seguridad y espionaje tomen medidas de precaución para proteger a la población de la amenaza del terrorismo".

Quien sí se ha pronunciado es el Ministerio irlandés de Asuntos Exteriores, que, desde Dublín, difundió un comunicado en el que mostraba su preocupación por los hechos denunciados por Adams y pedía "un informe completo del lado británico".

La mala noticia anunciada por el líder del Sinn Feinn llegó el mismo día en que un intento de buena fe salió intempestivamente de los paramilitares protestantes del UFF, los llamados Luchadores por la Libertad del Ulster. Un comunicado, con la estampa de la mano roja del Ulster, llegó a las redacciones en Belfast con el anuncio de que ellos, al igual que el IRA, están dispuestos a entregar las armas a la comisión internacional de desarme presidida por el general canadiense John de Chastelain.

"Seguimos comprometidos en desempeñar un papel en la búsqueda de una solución pacífica y democrática al conflicto, y creemos que esta decisión [la del desarme] va en el camino de lograr ese objetivo", se leía en el comunicado del UFF.

Fue el primer gesto protestante para sumarse a la idea del adiós a las armas que el ex senador norteamericano George Mitchell ha convertido en el pilar fundamental del proceso de paz en el Ulster. Los paramilitares protestantes han sido más discretos en lo que consiste en entregar sus pistolas y ametralladoras antes de que el IRA rinda todos sus arsenales.

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