Diez artistas reinterpretan y desmitifican a los héroes infantiles en "La hora de los cuentos"

El buenazo de Marco, un niño intachable que siempre andaba buscando a su mamá, se quita por fin el disfraz y lo vemos tridente en mano; el elefante Dumbo se desdobla y, de repente, tiene dos trompas o el conejo de Alicia en el país de las maravillas, que suele llegar tarde a todos lados, aparece quietecito. Esto es parte de lo que ocurre en La hora de los cuentos, la exposición que se inaugurará mañana en la galería Isabel Ignacio de Sevilla. La muestra es una colectiva en la que 10 artistas, entre ellos Pedro Castrortega, Paco Pérez Valencia, Miki Leal o Enrique Acosta, han llevado al lienzo su particular visión de los cuentos. El resultado es una treintena de obras a veces desmitificadoras.

Enrique Acosta (Sevilla, 1946) no ha querido ceñirse a un solo cuento y presenta cuatro obras, tituladas genéricamente Érase una vez, en las que se mezclan personajes de distintas historias como el soldadito de plomo y la bailarina, Pinocho, el flautista de Hamelin o la Cenicienta. Acosta ha recurrido a su faceta de diseñador para presentar a los personajes de una forma esquemática."Mi propuesta es que son los mismos personajes los que cuentan su vida. Así que, como forman parte de un sueño, he utilizado un lenguaje muy esquemático, casi de boceto", explica Acosta. El artista presenta sus dibujos encerrados en cajas para acentuar su carácter de juguete.

La exposición, que estará abierta hasta el 7 de enero, reúne obras de algunos de los artistas que trabajan habitualmente en la galería Isabel Ignacio. Son pintores, como Paco Pérez Valencia o Manolo Moreno, que han abandonado, tan sólo para esta colectiva, su estilo habitual para contar sus cuentos con obras más cercanas a la figuración.

Miki Leal (Sevilla, 1974) no ha querido alejarse de su habitual forma de trabajo, en la que la ironía siempre está presente. No te vayas mamá, no te vayas de aquí, adiós mamá, pensaré mucho en ti es el título de una de las dos obras de técnica mixta y gran formato que cuelga en la muestra. "Marco siempre ha sido tan extremadamente bueno que, en el fondo, estoy seguro de que es un demonio", asegura el artista, que ha incluido en sus obras la definición de cuento -"Breve narración de sucesos ficticios y de carácter sencillo, hecha con fines morales o recreativos"- para negar ese espíritu de ficción.

Celso Román (Linares, Jaén, 1967) ha elegido la historia de Dumbo porque el elefante es su animal favorito. "Hace un par de años hice un viaje a la India y la estética del país ha salido ahora, al cabo del tiempo. En realidad, mis obras son composiciones que estudian el equilibrio y el color", explica Román.

Los personajes de Lewis Carroll han captado la atención de Zenaida Pablo-Romero, quien presenta lienzos inspirados en las meriendas que ofrece el Sombrerero Loco, y de Manolo Moreno, que ha elegido al conejo en un díptico titulado En el tiempo.

"Aunque la geometría con la que trabajo habitualmente está en el fondo del cuadro, he preferido basarme en la figuración para realizar una especie de viaje en el tiempo y acercarme a los cuentos", dice Manolo Moreno (Ayamonte, Huelva, 1972). La muestra cuenta también con dos collages de Roberto Reina sobre El Patito Feo, la visión de Pinocho de Pedro Castrortega, la serie de Norberto Gil inspirada en Los Tres Cerditos, las fábulas de Pablo Alonso Herráiz y las viñetas de El Guerrero del Antifaz que propone Paco Pérez Valencia.