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Lingüistas de Granada ayudan a redactar el primer diccionario uzbeko-español

El castellano es, después del inglés, el idioma extranjero más estudiado en Uzbekistán

El español, tras el inglés, es el idioma extranjero más estudiado en los colegios, institutos y universidades de la República de Uzbekistán, en Asia Central. La inexistencia de libros de texto adecuados ha llevado a profesores uzbekos a impartir clases de español con la biografía del Che Guevara. Los alumnos tampoco pueden consultar sus dudas en un diccionario, porque nunca ha existido. Seis lingüistas uzbekos y de la Universidad de Granada trabajan para cubrir esta carencia: en junio del 2000 se terminará el primer diccionario uzbeko-español. El siguiente objetivo es la redacción de una gramática.

El director del proyecto del diccionario, Rafael Guzmán, asegura que el interés creciente por la lengua española en Uzbekistán se debe al interés de este país por abrirse a Europa y al resto del mundo desde que se independizó en 1991 de la extinta URSS. En la actualidad, la enseñanza del español se lleva a cabo a través del ruso, lengua que dejó de ser oficial también en 1991 y que está siendo sustituida en todos los ámbitos por el uzbeko.Si nunca antes ha existido un diccionario español-uzbeko se debe a la falta de relación entre ambas culturas y, sobre todo, a los avatares vividos por este idioma asiático en los últimos 70 años. Como explica Guzmán, "el uzbeko pertenece a la rama de las lenguas túrcicas, como el turco, el tártaro y el kazajo". Aunque nada tiene que ver con el árabe, el uzbeko se escribió hasta 1930 con caracteres arábigos. Después, hasta 1939, con el alfabeto latino. Y desde entonces, debido a la influencia rusa, con caracteres cirílicos y otros signos añadidos que reflejan sonidos propios. Ahora, una vez obtenida la independencia, el Gobierno uzbeko quiere volver al alfabeto latino para reafirmar su identidad frente a Rusia. "Un auténtico cacao histórico que está dificultando enormemente la elaboración del diccionario", asegura Guzmán.

Primeros trabajos

Los trabajos de su redacción comenzaron en 1998, tras constatar la falta de diccionarios y gramáticas que impedía la enseñanza del español a los uzbekos. Una delegación de vicerrectores de la Universidad de Granada firmó entonces un acuerdo bilateral con la Universidad de las Lenguas del Mundo de la ciudad uzbeka de Tashkent. Ambas instituciones docentes constituyeron un grupo de seis especialistas, cuatro uzbekos y dos granadinos, para elaborar el volumen. Cinco trabajan actualmente en Tashkent y Rafael Guzmán coordina el trabajo desde Granada. El diccionario, primero en la historia de estas dos lenguas, tendrá unas 45.000 entradas. Su finalización está prevista para junio del año 2000, aunque por ahora sólo se han concluido 10 letras de la parte español-uzbeko. Más adelante se afrontará la parte uzbeko-español.

Juana Martínez, la otra lingüista de la Universidad de Granada que participa en el proyecto, utiliza varios diccionarios españoles, como el de la Real Academia de la Lengua y el María Moliner, para la traducción de las entradas. Una vez concluido, será la propia Universidad de Granada quien editará y venderá el diccionario. "Esperamos que sea especialmente útil en Uzbekistán, donde la demanda es mayor", aclara Guzmán.

En el país asiático será utilizado en los colegios, institutos y universidades donde se imparte español como lengua extranjera. En España será fundamental para los primeros estudiantes de la asignatura de uzbeko que la Universidad de Granada prevé implantar en los próximos años en sus planes de estudio.

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En opinión de Guzmán, los alumnos granadinos de la futura asignatura de lengua uzbeka tendrán buenas salidas laborales. "Las empresas españolas han comenzado a buscar mercados en este país de Asia Central, uno de los más estables política y económicamente, y necesitan a traductores para las gestiones comerciales".

20 millones de hablantes

El uzbeko es el idioma que hablan unos 20 millones de personas, la mayoría en Uzbekistán y, aproximadamente, otro millón en Afganistán. Está formado por tres dialectos principales, cada uno dividido a su vez en otros más pequeños. Algo que complica también la elaboración del diccionario.

Su léxico se enriqueció desde la Edad Media con préstamos persas. A partir del siglo XIX se produjo la entrada de numerosos préstamos internacionales y, sobre todo, del ruso. Este idioma, oficial en la República Socialista de Uzbekistán bajo la tutela de la URSS, relegó al uzbeko en las escuelas y otros ámbitos sociales durante 30 años.

Las autoridades e intelectuales del país asiático tratan ahora de restañar este olvido "guiados por cierta rusofobia", explica Guzmán. El uzbeko vuelve a ser lengua oficial e intenta recuperar el tiempo perdido respecto a otros idiomas. "El español no es la única lengua con la que carecía de diccionario. No hace mucho se hizo el primer diccionario inglés-uzbeko y el francés-uzbeko se terminó hace meses".

El proyecto afrontado por las universidades de Tashkent y Granada continuará con la redacción de la primera gramática española en uzbeko, que servirá de manual de enseñanza del castellano en las aulas de aquel país. Será también una alternativa docente a la biografía del Che Guevara, que los profesores soviéticos usaron por influencia cubana.

La historia de Samarcanda, en su propio idioma

En 1403, Enrique III el Doliente, rey de Castilla, envió a Samarcanda, la actual capital cultural de Uzbekistán, una expedición para entablar relaciones diplomáticas y comerciales con el poderoso rey de Persia, el gran Tamerlán.Al frente de aquel viaje de tres años de penurias y aventuras por tierra y mar, el monarca nombró al caballero madrileño Ruy González de Clavijo que, a su vuelta a Castilla, escribió un relato de su periplo bajo el título Embajada a Tamerlán. Esta narración se convirtió en el primer libro de viajes de la literatura castellana. Pero también en uno de los escasos referentes históricos y documentales que existe en la actualidad de cómo era Samarcanda a comienzos del siglo XV.

El libro ha sido traducido al inglés, al turco y al ruso. Pero no al uzbeko.

Por ello, el Gobierno de Uzbekistán, a través de la Embajada de España en Moscú, han solicitado a la Universidad de Granada que traduzca el libro para que los uzbekos puedan leer en su propia lengua este retazo de su historia.

Rafael Guzmán, coordinador del primer diccionario uzbeko-español, explicó que esta traducción será la culminación del proyecto de colaboración entre las universidades de Granada y la de Tashkent, capital política de Uzbekistán.

Los lingüistas granadinos, en colaboración con otros uzbekos, afrontarán el encargo de traducir Embajada a Tamerlán después de acabar el diccionario y la gramática. Ambas publicaciones les servirán como herramientas para facilitar su trabajo.

De gran utilidad para la traducción les servirá también la investigación que otro profesor de la Universidad de Granada, Rafael López Guzmán, realizó en 1997.

Este historiador del arte viajó desde España hasta Samarcanda para reconstruir, en sólo 20 días, la aventura vivida por Ruy González de Clavijo 600 años antes.

En la introducción a la edición española de Embajada a Tamerlán (Miraguano Ediciones) se valora "la minuciosidad de las descripciones, las noticias históricas, geográficas e, incluso, antropológicas que hacen de esta obra una de las más apreciadas por los orientalistas, que destacan la curiosidad del narrador".

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