Polémica por la ausencia del líder socialista y los presidentes autonómicos en la fiesta de la Constitución
Para un demócrata no hay mejor forma de ensalzar la Constitución que asistir al Congreso para celebrar su aniversario. Ésta es la opinión que ayer expresó el presidente de la Cámara, Federico Trillo, ante un grupo de periodistas, en tono comedido, pero disgustado, por las numerosas ausencias.La incomparecencia del líder del PSOE, Joaquín Almunia; de los presidentes autonómicos -sólo acudieron el de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el de Ceuta, Antonio Sampietro-, de la mayoría de los ministros y de los representantes del PNV y de Coalición Canaria fueron la comidilla de los corros del PP.
Hasta el presidente del Gobierno, José María Aznar, entró en el asunto, pero únicamente para aludir a Almunia: "Me habría gustado que el secretario general del PSOE estuviera en este acto". El portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, le respondió de inmediato calificando como "pellizquito de monja" la referencia del presidente.
"Los socialistas tenemos la ventaja de tener la Constitución muy manoseada, porque la leemos mucho desde 1978, mientras que otros, que en su día no la defendieron, tienen que hacer méritos", atacó Rubalcaba. Además, la Constitución también se defiende en Burgos, concluyó, recordando que eso es lo que hacía Almunia en el Ayuntamiento de esa ciudad. Una opinión que choca con la de Trillo, que cree conveniente unificar el acto.
De lo que no hay constancia es del paradero, ayer, de la inmensa mayoría de los presidentes autonómicos y de la mitad de los ministros, insistían los socialistas tratando de paliar las críticas del PP. En tono malévolo y sin aportar pruebas, algunos sugerían que se les buscara "en ciudades costeras y en lugares de nieve".
En realidad, tanto el PP como el PSOE podían sentirse concernidos, dado que en la España autonómica hay presidentes de los dos colores.
Los ex presidentes del Congreso y del Senado, Félix Pons y Juan Ignacio Barrero, respectivamente, departieron con sus sucesores, Trillo y Esperanza Aguirre, que fueron los anfitriones del acto. El vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, no faltó, como tampoco Alfonso Guerra, que ocupó también la vicepresidencia del Ejecutivo durante ocho años. No estuvieron los ex presidentes Adolfo Suárez y Felipe González, pero sí Leopoldo Calvo Sotelo. También hubo representación de los órganos constitucionales, de las Fuerzas Armadas, de la Iglesia y del mundo de la cultura.
Mientras tanto, frente a la Cámara, cientos de afectados por la colza exigían a gritos que se les paguen sus indemnizaciones.
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