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Riccardo Muti abre con 'Fidelio' su 14ª temporada en La Scala

Verdi, gran ausente en el programa milanés

ENVIADO ESPECIAL La Scala sigue a régimen severo de Giuseppe Verdi. Ni un solo título de su compositor favorito se ofrece en la temporada 1999-2000, que se inaugura esta tarde con Fidelio, de Beethoven, dirigido por Riccardo Muti, el cual aborda su 14ª temporada en la capital lombarda con una producción firmada por el cineasta Werner Herzog. El director titular ha querido despedir el siglo en el teatro milanés con el gran manifiesto beethoveniano sobre la libertad y los derechos del hombre, tantas veces pisoteados durante la centuria que termina.

Fidelio supone el anuncio del hombre nuevo y libre de ataduras, que es como Muti desea que sean los mortales del próximo siglo. Werner Herzog, con escenografía de Ezio Frigerio y vestuario de Franca Squarciapino, sitúa el drama de Eleonora y Florestán en un contexto industrial, del primer capitalismo, responsable, según él, de mucha explotación salvaje, pero también, en última instancia, de la libertad del mundo occidental. Veremos. Waltraud Meier, una veterana en las inauguraciones de La Scala, encarnará el papel de Leonora, mientras que Thomas Moser será Florestán, como ya lo fue en 1990 a las órdenes de Lorin Maazel, la última vez que Fidelio acudió a La Scala. Pero, al margen de su inicio, la temporada que da comienzo hoy mantiene la vista puesta en el siglo XX. A Fidelio seguirá en enero Adriana Lecouvreur, en la que finalmente no participará Plácido Domingo, como estaba previsto (sí lo hará en el Sansón y Dalila del 2001-2002). Wozzeck, de Alban Berg, subirá a escena en febrero, de nuevo con Waltraud Meier. Seguirá una reposición de Tosca dirigida por Muti en lo musical y Luca Ronconi en lo escénico. De Ronconi será también la nueva producción de Ariadne auf Naxos, que conducirá en abril Giuseppe Sinopoli. Seguirán Diálogo de Carmelitas, de Francis Poulenc, y Peter Grimes, de Benjamin Britten, la primera a las órdenes de Muti y la segunda de Jeffrey Tate. La reposición de La bohème de Zeffirelli dejará paso al estreno de Guerra y paz, de Prokófiev, con dirección escénica de Andrej Konchalovski, y a West side story, primera vez que un musical americano pisa el venerable suelo de La Scala. Y en octubre, el estreno abosluto de Tatiana, un encargo del propio teatro al compositor Azio Gorghi. Prometeo, de Luigi Nono, de quien se conmemoran los diez años de la muerte, cerrará el ciclo.

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