El Atlético se confía a Hasselbaink
Las acciones del delantero holandés salvaron al equipo de Ranieri, desbordado por el Málaga
Claudio Ranieri tiene la inmensa suerte de tener en su plantilla a Jimy Floid Hasselbaink, que, como ayer en La Rosaleda, es capaz de convertir en victoria sus temerosos planteamientos. El Atlético encontró en Málaga la vía del triunfo de forma casi accidental, en un espléndido lanzamiento de falta del delantero holandés en una nueva faceta de su obsesión por el gol. Habían pasado sólo cinco minutos de partido, suficientes para que los delanteros del Málaga hubieran sacado ya los colores a la defensa del Atlético, muy vulnerable a los envíos largos desde el centro del campo.El Atlético había reforzado su defensa con la incrustación de Bejbl como pivote de contención y la tiró arriba para achicar los espacios e incrementar la presión sobre los centrocampistas malaguistas. El trabajo de presión del Atlético fue tan ejemplar como extenuante. Dio sus frutos porque el Málaga caía una y otra vez en fuera de juego.
MÁLAGA 2
ATLÉTICO 3Málaga: Contreras; Rojas, Fernando Sanz, Bravo, Valcarce; Rufete (Darío Silva, m. 60), Movilla (Sandro, m. 65), De Los Santos, Agostinho; Luque y Edgar (Basti, m. 85). Atlético de Madrid: Molina; Gaspar, Gamarra, Chamot, Gustavo; Aguilera (Solari, m. 68), Valerón (Hugo Leal m. 85), Bejbl, Baraja; José Mari (Santi, m. 73) y Hasselbaink. Goles: 0-1. M. 5. Hasselbaink en disparo directo de falta desde unos 30 metros. 1-1. M. 21. Luque recibe un balón en carrera y lo eleva por encima de Molina al primer toque. 1-2. M. 42. Hasselbaink remata de cabeza un centro de Gustavo. 1-3. M. 49. Jose Mari aprovecha un balón que se le escapó de las manos a Contreras. 2-3. M. 66. Luque, sólo en al área, remata un envío de Movilla. Árbitro: Llonch Andreu (Colegio Catalán). Mostró tarjeta amarilla a Fernando Sanz, Edgar, Chamot, Gamarra, José Mari, Bejbl y Baraja. Partido disputado en el estadio de La Rosaleda ante 35.000 espectadores.
Pero con el balón, el Atlético es lento y horizontal. Durante el primer tiempo convirtió las posesiones en un toque sin más sentido que el de contemporizar y evitar que lo juegue el rival. Todo esto ocurre menos cuando llega a los pies de Hasselbaink. El delantero holandés vive con el gol en la cabeza. Todas sus maniobras lo tienen por objetivo. Tampoco parece tener el egoísmo propio de los goleadores, al menos ayer evidenció tener el criterio preciso de tirar una pared o hacer una dejada cada vez que estas opciones parecían las más oportunas. Hasselbaink entra poco en acción, pero cuando lo hace o marca o da un pase de gol.
En el Málaga había temor a la ausencia de Catanha, el goleador que debe cumplir dos partidos de sanción. Pero resultó que nadie le echó de menos. Todo lo contrario, La Rosaleda descubrió a Luque, un delantero con instinto y muy veloz que parece tener envidia de Diego Tristán, su compañero de diabluras la pasada temporada en el Mallorca B. Su primer gol fue precioso, peleando la posición con Chamot para recibir un envío largo. Cuando el balón cayó a sus pies lo envío de un toque por encima de Molina.
Ya antes del gol del empate tuvo Luque dos buenas oportunidades, en otra vaselina (m. 13) y en un balón que robó a Gaspar en la frontal y que finalmente envió por encima de la portería de Molina (m. 7).
Igual que el Málaga, todo el peligro del Atlético se concentró en envíos largos sobre el área. En uno de ellos, antes del segundo gol de Hasselbaink en un remate de cabeza de libro a un centro casi tan bueno de Gustavo, ya pudo adelantarse en el marcador. José Mari centró a Aguilera que recibió el balón con un reverso que sirvió para dejar tumbado a Contreras, pero, a pesar de tener la portería vacía lanzó incomprensiblemente fuera.
Al comienzo del segundo tiempo el Atlético remató la faena en un fallo descomunal de Contreras. Hasselbaink centró un balón desde la derecha que el portero del Málaga atrapó sin dificultad en el primer palo, pero se le escapó de las manos y fue a parar al pie de José Mari. Fue tan inesperado que el delantero apenas tuvo tiempo de reaccionar y dirigir su remate, el balón le tocó en el pie y se fue al poste, hasta que a la segunda acertó a remachar.
El Málaga quedó muy afectado por el golpe. No acertaba a hilvanar jugadas y el Atlético comenzó, entonces, a apoderarse del balón y a jugarlo en las inmediaciones del área malaguista acumulando jugadores en ataque. Hubo en las gradas temores de goleada escandalosas y de gafes repetidos. En 40 partidos a lo largo de la historia, sólo en cuatro consiguió el Málaga ganar al Atlético de Madrid en La Rosaleda.
La entrada al campo de Sandro dio más criterio al juego malaguista porque desplazó el balón con más velocidad. Sólo así era posible romper la defensa del Atlético. Además, el segundo gol del Málaga, en un error defensivo del Atlético al intentar el fuera de juego, le devolvió la moral y la voluntad de victoria.
El equipo de Peiró acabó definitivamente volcado en busca del empate. Ranieri tenía claras sus intenciones: Quitó a José Mari y metió a un central más, Santi. El desgaste físico de los jugadores del Atlético se hizo además evidente y la defensa acabó reculando en el área. Ya no había presión, ni achiques. El conjunto que dirige Ranieri , que antes se había encomendado a Hasselbaink, optó por confíarse entonces a la suerte.
Le tocó el turno al Málaga que tuvo numerosas oportunidades de gol, casi siempre con Luque de protagonista. En un medido pase a Darío Silva que sólo ante Molina disparó alto (M.70) y en un centro chut que sacó Gustavo en la línea (M. 71). Demasiado tarde para el equipo andaluz, incapaz de traspasar la cobertura que el Átlético dispuso alrededor de Molina.
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