Intento de atraco de un furgón blindado a tiros y con una bomba

Una bomba colocada junto a un ceda el paso y un tiroteo posterior a la explosión del artefacto no fueron suficientes para que unos atracadores lograran apoderarse de los 55 millones que transportaba un furgón blindado, que acababa de recoger la recaudación de una tienda del centro comercial Parquesur, de Leganés (173.000 habitantes). La niebla que caía sobre el aparcamiento del centro evitó que el plan criminal diera resultado. La policía sospecha de un grupo de albanokosovares o de italianos.

Los hechos ocurrieron al filo de la madrugada de ayer en una de las salidas de Parquesur, en la avenida del Rey Juan Carlos I, en el barrio leganense de El Carrascal. El blindado acababa de recoger la recaudación y se disponía a abandonar el centro comercial. Tuvo que reducir su velocidad para respetar una señal de ceda el paso. En ese momento se produjo una fuerte explosión, que se oyó en gran parte del municipio, según explicaron varios vecinos de Leganés. La bomba explotó antes de lo previsto por los delincuentes. Alcanzó al blindado, pero "no de lleno", según fuentes policiales.La potencia de la bomba hizo un cráter de unos 40 centímetros de diámetro en el asfalto. "Si les llega a pillar de lleno la explosión, tenía tanta potencia que hubiera levantado el vehículo por encima de los edificios. La niebla que había en la zona fue la gran aliada, porque los que les estaban esperando no pudieron ver el sitio exacto en el que se paró la furgoneta", señalaron las mismas fuentes.

Los tres vigilantes jurados se bajaron para comprobar el estado del vehículo. El fuerte ruido de la explosión les hizo pensar que se había producido el reventón de una de las ruedas. En ese momento, unos desconocidos les recibieron a tiro limpio. La densa niebla que había en la zona en aquel momento impidió a los vigilantes saber el lugar exacto desde el que les atacaban, según las citadas fuentes.

Las balas que impactaron en el furgón no hirieron a ninguno de los guardas de seguridad. Éstos sacaron sus revólveres y repelieron la agresión, tras lo que volvieron a subir al blindado y continuaron su marcha. Los atacantes huyeron en un autómóvil "de color rojo", según los empleados de Auxiliar de Seguridad.

La policía se presentó a los pocos minutos y registró toda la zona, sin llegar a detener a ningún sospechoso. Los agentes encontraron en la zona un casquillo de bala supuestamente empleada por los atracadores. Ayer se investigaba el tipo de arma empleada en el ataque. Los vigilantes jurados portaban revólveres, por lo que no dejaron casquillos en la zona.

La Brigada de Policía Científica examinaba ayer el vehículo blindado para analizar los impactos y el explosivo utilizado.

En un primer momento intervino la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía por si se trataba de un atentado terrorista. Esta hipótesis, sin embargo, quedó descartada nada más iniciar las investigaciones.

La policía baraja la tesis de que el intento de atraco de ayer en Leganés lo llevara a cabo una banda de italianos o de albanokosovares. Esta hipótesis se basa en que el año pasado un grupo de este origen intentó un robo similar en el vecino municipio de Fuenlabrada.

Este sistema fue utilizado en la década de los ochenta por la banda terrorista GRAPO, que lo utilizaba como una de sus fuentes de financiación.

El último atraco a un furgón blindado ocurrió en Mercamadrid en septiembre de 1997. Los ladrones consiguieron un botín de 40 millones de pesetas cuando atacaron al vigilante jurado de Prosegur Juan Francisco G. G., que salía de la sucursal del Banco Central Hispano de Mercamadrid con las sacas del dinero. Los atracadores le dispararon en la región lumbar, tras lo cual le quitaron las sacas. Después huyeron en un Opel Astra con matrícula de Madrid. Dos meses después fue detenido Agustín M. C., de 50 años. La policía le imputaba, además del robo de Mercamadrid, otros dos en Cáceres y Gandía.