"La escritura es un misterio por no tratarse de un acto natural"
Manuel de Lope (Burgos, 1949) quiso dejar claro en su paso por Vitoria, donde pronunció una conferencia en la noche del pasado martes, que su pasión por la lectura fue la puerta de entrada al mundo de la escritura, un territorio en que lleva instalado más de 20 años y en el que ha recorrido todos los caminos de la novela. En febrero llegará a las librerías su último libro, del que sólo adelanta su título La sangre ajena. Pese a que ahora no le interesa la política, sus posturas antifranquistas le llevaron a la cárcel hace 30 años, dentro de una vida de la que ha pasado la mitad fuera de España. Francia especialmente y viajes por África y Europa, han inspirado buena parte de la obra de un autor que se considera un creador "de la memoria".Pregunta. ¿En qué medida han influido sus lecturas en sus novelas?
Respuesta. De manera decisiva. Lo que ocurre es que uno evoluciona y cambia con el tiempo. Para llegar a ser escritor hay que ser un gran lector primero, pero no soy el mismo lector ahora que cuando tenía 18 años. Está claro que la formación de la propia imaginación se consigue a través de la lectura. Ahora leo menos novelas que antes y prefiero las memorias o los ensayos, cosas más concretas.
P. ¿Cuál es su libro de referencia?
R. Sin duda La isla del tesoro es el que mejores recuerdos me evoca. Es una narración evocadora y que para iniciarse en la lectura cumple todos los requisitos imprescindibles.
P. Se le considera también periodista, ¿Usted también se siente como tal?
R. Yo no me considero, porque sería usurpar algo que en mi caso se ha limitado a meras colaboraciones esporádicas con la prensa. El periodismo es una profesión en sí misma que en España quizás se encuentra algo solapada por otras actividades como la de catedráticos o novelistas, y creo que no debe ser así.
P. Su vida ha sido muy intensa. ¿Comparte la opinión de que se escribe en función de lo que se vive?
R. Yo creo que sí, lo que ocurre es que también existen las vivencias interiores. Se puede escribir una magnífica novela sin salir de un dormitorio, como hizo Marcel Proust. La intensidad de la vida consiste en una elaboración interna. En todo caso, la escritura es un misterio ya que no es una actividad natural. Supone una relación con la realidad elaborada y en cierta medida equilibra la personalidad del autor. La experiencia externa en este sentido, puede ser muy grande o muy pequeña.
P. ¿Es una persona metódica en su trabajo cotidiano de escritor?
R. Yo soy muy disciplinado. Cuando estoy trabajando lo hago a diario, todas las mañanas y varias horas al día. Cuando considero que he terminado me considero libre y no hago nada, leo y vivo. Pero a la hora de escribir soy disciplinado y creo que a las musas hay que ayudarlas.
P. Usted ha estado en la cárcel. ¿Se considera un escritor comprometido?
R. Entonces era otra persona. La política no me interesa para nada, y como ocurre con la lectura, la escritura es una labor muy solitaria. Lo que me interesa es la vida, la gente. Lo que es evidente es que la literatura tiene una influencia social, porque lo primero que imponen los tiranos es la censura. Mi compromiso es con mi trabajo, pero soy responsable de lo que escribo y de sus repercusiones.
P. ¿Se siente parte de algún tipo de generación o grupo?
R. Yo he vivido fuera de España la mitad de mi vida y no me siento vinculado a ninguna generación, aunque algunos críticos o profesores universitarios puedan hacerlo. No siento afinidad especial con ningún grupo y me veo muy individual.
P. ¿Cómo valora la continua aparición de nuevos escritores jóvenes en el panorama literario?
R. Es muy difícil medir el talento de un joven escritor, porque su evolución, lo que van a ser su vida y sus experiencias nadie lo conoce. No sabemos si va a destacar o la vida lo va a destruir. Da gusto leer novelas como la que ha escrito José Carlos Somoza, da muchas esperanzas. Pero siempre se abre una incógnita sobre su evolución posterior.
P. ¿Una novela es suficiente para consagrar a un escritor?
R. Lo que hay que ser es honrado y sincero con la escritura y que cada libro responda a una necesidad de escribir. Luego la vida dirá. Yo ahora me siento a mitad de camino en mi vida de novelista. Puedo mirar hacia atrás y ver tres novelas de las que me siento orgulloso, y lo que espero es que ocurra lo mismo en el futuro.
P. Existe una dicotomía entre cantidad de libros editados e índices de lectura
R. Yo creo que se publica demasiado en estos momentos y lo importante no es tanto la cantidad como que aparezcan cosas buenas.
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