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Reportaje:

Un submarino para Sodoma y Gomorra

Un investigador británico celebrará el nuevo milenio buscando en el fondo del mar las dos ciudades perdidas

El oasis de Ein Gedi, a orillas del Mar Muerto, se ha convertido desde hace una semana en la base del mini-submarino Delta, un minúsculo ingenio amarillo, a bordo del cual el investigador británico Michael Sanders pretende localizar los restos de las ciudades de Sodoma y Gomorra, que desaparecieron bajo una lluvia de fuego y azufre 3.200 años antes de Cristo y que en su opinión yacen en el fondo de las aguas.El submarino Delta, con capacidad para dos plazas, es capaz de permanecer sumergido bajo las aguas durante tres días, más de lo que suelen soportar en el mar los centenares de turistas que cada día acuden a Ein Gedi desde Jerusalén -80 kilómetros- para cumplimentar un absurdo ceremonial que consiste en darse un chapuzón en las salitrosas, sulfurosas y apestosas aguas del Mar Muerto, efectuar la tradicional foto flotando en ellas mientras se lee un periódico y salir corriendo para limpiarse los restos minerales y de porquería adheridos al cuerpo.

La expedición del submarino Delta -1.380.000 pesetas diarias de alquiler -, está patrocinada por la Fundación Misterios de la Biblia, una hiperactiva organización sin ánimo de lucro y fines culturales, supuestamente independiente, que desde el Estado norteamericano de Florida preside la señorita Laura T. Shipley, quien en colaboración con el profesor Michael Sanders, el cerebro de la expedición, ofrece cada martes por Internet un debate sobre los aspectos secretos de las escrituras sagradas u otros inquietantes documentos.

La fundación Misterios de la Biblia se ha lanzado a las aguas fétidas del Mar Muerto después de haber conseguido el apoyo de decenas de incondicionales dispuestos a donar 5.000 dólares por la causa (800.000 pesetas) a fondo perdido y exentos de impuestos, una cantidad nada despreciable, que pueden generosamente redondear con otros 3.000 dólares (480.000 pesetas) si desean sentirse protagonistas de la excitante búsqueda, viajando en el mini-submarino con comida y alojamiento incluido.

La experiencia turistico-cultural diseñada por los Misterios de la Biblia cuenta además con el apoyo de una cadena de televisión norteamericana y otra británica a la que los cerebros de la operación parecen haber vendido la exclusiva de sus descubrimientos, según aseguraba ayer uno de los responsables del equipo de mantenimiento.

La expedición a la búsqueda de Sodoma y Gomorra cuenta con otro tipo de apoyos; los intelectuales, especialmente de la fundación Weizman de Israel y de la Universidad de Tel Aviv, a la que pertenece el investigador y arqueólogo Zvi Ben Abraham, especializado en geofísica, quien respalda las teorías del promotor del proyecto, Sanders, frente a las tesis de otros investigadores que aseguran que Sodoma y Gomorra no son más que "figuras literarias dentro de la Biblia, con las que se intenta explicar el mal y el pecado".

El nuevo milenio atrapará al equipo de expertos en el interior del submarino, mientras desafían al tiempo y el dinero tratando de localizar las ciudades más pecaminosas de la Biblia. La búsqueda ya ha empezado. Así lo aseguraba el viernes Shimon, el vigilante del embarcadero -un fan incondicional de Camarón de la Isla- mientras señalaba con el dedo un lugar indefinido del Mar Muerto donde ayer permanecía sumergido el ingenio.

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