Industria descubre anomalías en una de cada ocho mangueras de gasolineras inspeccionadas

Una de cada ocho mangueras en las que repostan gasolina los conductores madrileños dispensa menos combustible del solicitado por el cliente. Ése es el principal dictamen del reciente análisis efectuado por la Dirección General de Industria en la inspección de la cantidad suministrada por 450 estaciones de servicio y 1.893 surtidores de la región. Se trata de la primera campaña emprendida en los puntos de suministro por la Comunidad de Madrid tras la nueva normativa aprobada a primeros de año con el objetivo de prevenir el fraude.

Los 40 técnicos del Gobierno regional han encontrado errores comprendidos entre un 0,1% y un 0,5% en 1.183 de las 8.900 mangueras revisadas. El límite de error permitido por la ley es del 0,5%. Pero la falta de ajuste en el 13% de las mangueras no ha hecho saltar las alarmas de la Comunidad de Madrid. Además, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) descarta intencionalidad fraudulenta de las empresas cuando el error se sitúa por debajo del 1%, ya que el beneficio que podría conseguir la gasolinera no es muy importante.La Comunidad impone que se corrijan las deficiencias en las 1.183 mangueras. Aquellas que sirven combustible con un margen de error superior al 0,5% son multadas bajo la acusación de fraude a los consumidores. "Son mangueras en las que por cada litro hay un margen de error inferior al 0,5%. No se considera una estafa, pero sí se impone una corrección inmediata", según explica el director general de Industria de la Comunidad de Madrid, Eugenio Martínez Falero.

La Comunidad ha abierto expediente a cuatro gasolineras por suministrar con un margen de error superior al establecido. Los inspectores tratan ahora de averiguar si las infracciones se deben a mala fe o a actuaciones premeditadas.

El año pasado, la Comunidad sancionó con un total de cuatro millones a tres surtidores de combustible. Entre las irregularidades descubiertas destaca la falta de ajuste a los porcentajes establecidos para las mediciones de combustible.

El fraude de las gasolineras salió a la luz en enero de 1998, cuando EL PAÍS publicó un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que descubrió mermas de hasta el 7% en el combustible servido en una cadena de estaciones de servicio de Madrid. Tras 15 meses de investigación, el juez dictó un auto en el que aprecia indicios de delito contra los consumidores, que el artículo 283 del Código Penal castiga con penas de entre seis meses y un año de prisión y multa de seis a 18 meses. El magistrado imputa este delito a los 18 administradores de las 13 estaciones de servicio, a los 14 encargados y a los 3 miembros del equipo de mantenimiento.

Un año después de ese escándalo, la situación parece haber mejorado para los consumidores, según Martínez Falero. "Los desajustes son mínimos, por lo que podemos hablar de un estricto cumplimiento de la normativa actual", añadió.

Según el último estudio de la OCU en Madrid, el 11% de las gasolineras (24 de las 220 analizadas) dispensa menos gasolina que la solicitada por el cliente, con un margen de error superior al 1%. A pesar de ello, el portavoz de la OCU José María Múgica destacó que "no se puede concluir de esto que exista un fraude en el suministro".

Otra de las anomalías menores descubiertas en las estaciones de servicio de Madrid es la escasa señalización. Sin ir más lejos, la sorpresa de parar a repostar y descubrir que no hay empleados a pie de surtidor sigue repitiéndose. La Comunidad de Madrid quiere que las empresas especifiquen, de forma "perfectamente visible" y en un cartel de no menos de 80 por 100 centímetros, la expresión autoservicio.

Además, todas las gasolineras están obligadas a disponer de un recipiente de medida de 10 litros, calibrado oficialmente, a disposición del usuario. Pero ese bidón no se halla fácilmente, según la Comunidad de Madrid.