El nuevo presidente de los editores quiere abrir la asociación a todo el mundo
Pere Vicens anuncia que en el 2000 se creará la capital internacional del libro
El editor español Pere Vicens fue elegido el pasado 16 de octubre presidente de la Unión Internacional de Editores, poderosa organización que agrupa a 74 países. "Creo que uno de los factores fundamentales para mi elección fue que presenté una candidatura integrada por muy diversos países. Estamos convencidos de que la Unión no puede estar centrada en Europa, y que ésta ya no puede ser considerada el centro de la edición", afirma. Entre sus proyectos inmediatos está la elección anual de una ciudad como capital mundial del libro.
La Unión Internacional de Editores (UIT) fue creada en 1986 con el objetivo de proteger a los escritores y editores, y sobre todo, para defender los derechos de autor. Desde el primer momento contó con el apoyo de las instituciones. "Otras prioridades fueron y siguen siendo la defensa de la libertad de expresión y la promoción del libro y la lectura, y, en consecuencia, de todo aquello que facilite el acceso al libro", explica Pere Vicens. "Ahora nos preocupan las nuevas tecnologías, ponernos al día y analizar los problemas y las ventajas de su implantación".Tarea importante de la UIT es también, según su presidente, "favorecer la diversidad cultural, que no se produzcan invasiones culturales por motivos comerciales". "Los 74 países que componen la Unión son muy diferentes, los hay muy ricos, otros no tanto y muchos que carecen casi de todo. Hace 20 años había 25 países, 15 de ellos europeos, y el resto, Estados Unidos, Canadá, Argentina, México, Brasil, India y Japón, entre otros. Luego ingresaron países africanos, como Suráfrica, Ghana, Sudán, Namibia o Tanzania, Sri Lanka y Singapur, y más recientemente, los de la Europa del Este, como Estonia, Lituania o Bosnia. Todos ellos tienen intereses muy diferentes. Unos luchan por la expansión de su idioma, en concreto el inglés, el español, el alemán y el francés, y los otros quieren defender su diversidad. Está claro que Europa no puede dominar la Unión".
El peso del español
En las elecciones de octubre, Pere Vicens se enfrentó a la candidatura presentada por un editor alemán. "Creo que el hecho fundamental que hizo inclinar la balanza a mi favor es que pertenezco al área del español y que en mi equipo están representados todos los países al margen del peso específico de sus editores". Pere Vicens ha elegido como vicepresidente a Asoke K. Gosh, editor indio muy cualificado, "con muchos contactos en Asia y que dirigirá la valiosa participación asiática en la Unión Internacional de Editores. Además es un gran experto en derechos de autor y en temas de libertad de expresión".La editora argentina Ana María Cabanellas, presidenta de la Cámara del Libro Argentina, ocupa otra vicepresidencia. "Tiene una presencia muy activa en el grupo interamericano de editores. Está dedicando ahora un gran esfuerzo a la organización del próximo congreso de la Unión Internacional de Editores, que se celebrará en Buenos Aires en mayo del 2000". El anterior congreso se desarrolló en Barcelona en 1996. "Contó con la presencia de Umberto Eco y de Salman Rushdie y tuvo mucho éxito. Ha sido otro de los motivos de que la presidencia de la Unión recayera en un español. "También ha desempeñado un gran papel la Federación de Gremios de Editores, que está haciendo una gran labor para lograr una política de Estado del libro. Las sesiones de trabajo se iniciaron después del congreso de Benalmádena".
Vicens ha creado asimismo un consejo consultivo de cuatro personas: el holandés Hermann Spruidjt, "buen conocedor de los temas científicos"; Istband Bast, presidente de los editores húngaros, "que mantiene excelentes relaciones con los editores del Este; el brasileño Alfredo Weisflog, "un gran luchador por la libertad de expresión; y Richard Craabe, de Ghana, "presidente de la African Net Work Publishers Association.
Con ellos, con un comité ejecutivo de 18 miembros y con una comisión internacional formada por dos representantes de cada uno de los países asociados, la Unión se ha marcado unos "objetivos inmediatos". El primero de ellos es estudiar el ingreso de China. "Los estatutos de la Unión exigen que en los países que se integren en ella exista la edición privada. La verdad es que aún no la hay en China, pero consideramos su entrada porque están traduciendo libros de editoriales privadas extranjeras". Otra de las metas es coordinar y evaluar las ferias del libro que se celebran en los distintos países. "Queremos facilitar información sobre ellas y, sobre todo, intentar que las fechas no coincidan. Por ejemplo, en el 2000 se van a solapar el Salón del Libro de París y el de Londres. Y para facilitar el intercambio de información entre editores, la Unión publicará una revista mensual y tendrá una página web, a la que podrán tener acceso los editores de todo el mundo y mostrar sus catálogos. Podrán estar ahí los editores que no tienen web. Hay 20 o 25 países ricos en tecnología, y el resto son pobres, países en los que un libro o un ordenador son objetos de lujo. Así podremos ayudarles".
Babelia
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