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Hallado el cadáver acuchillado de una joven desaparecida en Bilbao

El cadáver de la joven Virginia Acebes, de 19 años, fue encontrado ayer a unos 15 metros de la carretera en el monte Artxanda, que domina Bilbao, en un talud -hueco natural del suelo-, tras un árbol. Virginia desapareció en la madrugada del domingo cuando regresaba a su domicilio. El cadáver de Virginia estaba semidesnudo. Tenía los pantalones bajados, presentaba signos de violencia y heridas producidas con arma blanca repartidas por el cuerpo. El titular del Juzgado de Instrucción número 2, que se hizo cargo del caso, ha decretado el secreto del sumario.

José Luis Acebes, el tío de Virginia, fue quien encontró el cuerpo sin vida de su sobrina de 19 años. Eran las seis de la tarde y empezaba a oscurecer. Desde el día anterior apenas había dejado de buscar para dormir unas horas. "Estaremos aquí hasta que la encontremos", había anunciado a primera hora de la mañana. Cuando estaba a punto de concluir la segunda jornada de búsqueda, el tío de Virginia encontró su cuerpo yaciendo a unos 15 metros de la carretera en el monte de Artxanda, que domina Bilbao.El cadáver de Virginia, estudiante de segundo curso de Ciencias Empresariales, estaba semidesnudo, con signos de violencia y heridas de arma blanca. "Lo que le han hecho es una canallada", exclamó sin poder contenerse uno de los agentes de la Ertzaintza que después se acercó al lugar. Medio centenar de ertzainas, miembros de protección civil, perros adiestrados, un helicóptero y media docena de motos, que se incorporaron ayer por la tarde, participaban desde la mañana del domingo en la búsqueda de la joven. Sus restos mortales fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense del Hospital de Basurto donde se le practicará la autopsia.

Las primeras pistas

Con el hallazgo del cadáver se rompían las pocas esperanzas que albergaban los padres de Virginia. Su madre, Leonor de la Huerta, trataba de contener el dolor horas antes en su domicilio de la calle de Ollerías, en el barrio bilbaíno de Atxuri. "Creo que a mi hija no vuelvo a verla viva. Dios mío, a mí que siempre me costaba tanto darle permiso para salir". Virginia se despidió el domingo de sus amigas a las tres de la madrugada, en la boca del metro del Casco Viejo, desde donde pretendía volver a pie a su domicilio. Desde ese momento, nadie la volvió a ver, ni pudo conectar con ella, ya que llevaba desconectado su teléfono móvil. La Ertzaintza inició la búsqueda e intentó reproducir el trayecto que pudo realizar desde la boca del metro en dirección a su casa. Al rastreo se sumaron, a lo largo del domingo y de ayer, estudiantes universitarios compañeros de la joven, así como familiares y voluntarios. El cadáver fue hallado minutos antes de que se suspendiera la búsqueda de la jornada de ayer.

En pleno monte, con la ciudad al fondo, Valentín, padre de la joven, arrastraba a media mañana el frío y la tristeza junto a las campas donde el domingo aparecieron las primeras pistas de su hija: un jersey, una blusa, un fular, el chaquetón de la joven y una tarjeta del metro.La muerte de Virgina Acebes es la cuarta de las mismas características que se produce en el País Vasco desde 1990. La más reciente es la joven Laura Orue, de Zeberio, cuyo cadáver se encontró el 3 de septiembre. Antes que ella fueron asesinadas Leticia Temiño, de 18 años, vecina de Portugalete, en 1995, y Olga Casas, de 19 años, de Santurtzi, en 1990. Ninguno de estos casos ha sido resuelto ni se ha apresado a los autores.

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