El potro y los acosos
Las mujeres se incorporaron en 1988 a la Guardia Civil, un cuerpo fundado el siglo pasado por el duque de Ahumada. Su irrupción en esta institución, de carácter militar, fue posible por las reformas legales y, además, al poder afrontar, en principio, unas pruebas físicas de selección más suaves que las de los hombres.Sin embargo, una orden ministerial dispuso en 1996 que tales pruebas fueran iguales para ambos sexos. Fuentes de la Guardia Civil reconocen que ello supuso un frenazo para las mujeres al verse obligadas a saltar el potro y hacer otros ejercicios dificultosos. La recién aprobada Ley de Personal corregirá ahora esa situación y permitirá que vuelva a haber un proceso de selección diferente para ellas.
Las casi 2.000 mujeres que lucen el tricornio de charol son pocas en relación con sus casi 70.000 compañeros varones.
Los expedientes abiertos contra éstos por presuntos acosos sexuales son escasos: pueden contarse con los dedos de una mano. ¿Refleja eso la realidad? Un teniente fue condenado el año pasado por el Tribunal Central Militar por intentar abusar de una subordinada.
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