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La cosa educativa

PACO MARISCAL

Mala racha lleva la cosa de la educación y la escuela pública valenciana para entrar en el tercer milenio: goteras, barracones, alumnos muertos de frío en la calle, enseñanzas secundarias obligatorias diseñadas por teorizantes reformistas de salón, corporativismo de unos y desconcierto de los otros en los centros docentes, padres desinformados y asociaciones de padres generosamente financiadas por la administración autonómica -asociaciones que a ese ritmo de financiación acabarán por convertirse en onerosos organismos paraestatales-, aulas donde no sabe qué hace el alumno o qué hace el maestro, problemas de disciplina y violencia, graves o menos graves, que se generalizan. Responsabilidad y culpabilidad de todos, de las tres patas que aguantan la mesa educativa en la que come la muchachada: la Administración, los maestros y los padres.

Pero un adolescente detenido en la comisaria es el fracaso de todos. Eso explicaba Pilar Lledó, Secretaria General del Consejo Nacional de Seguridad, en la Ribera Alta, en Algemesí, el viernes pasado. Y la delincuencia entre los 13 y 23 años aumenta y se multiplica. Pilar es una mujer madura en el buen sentido de la palabra, y no ve otra cosa que no sea la educación como salida. Ella no habla en necio para agradar al vulgo, ni silencia nada que no deba silenciarse, es decir, tan políticamente incorrecto es lo que dice como necesario y cargado de sentido común. Pilar fue maestra y es madre, fue gobernadora civil de A Coruña y delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid: inestimable experiencia, estrechamente relacionada con los alumnos, los padres, los maestros, las comisarías y la Administración. Es de origen valenciano, y acudió a la invitación de una asociación de padres de Algemesí como quien llega a su casa, y con la sensatez de quien conoce la casa: la educación como prevención de la delincuencia.

Las verdades del filósofo, del porquero y del pescador del Grau desgranó, ante padres y maestros, esta castellana con abuelos valencianos: que el miedo y la inseguridad son enemigos de la democracia, que seguridad no es sinónimo de más policía sino tarea de todos, que la democracia es derechos y que la democracia es deberes de padres, maestros y Administración, que la educación funciona a partir del ejemplo en la familia, en la escuela y en la calle, que hay que educar para la polis, es decir, para la convivencia y la seguridad en democracia, que hubo dejación de autoridad en las últimas décadas y eso no conduce a la libertad responsable, que la autoridad de maestros es, a un tiempo, afecto y saber poner límites a las actuaciones de niños y adolescentes antes de que sea demasiado tarde, que hay que exigir escuelas de padres y organismos que gestionen con rapidez situaciones de riesgo en los centros docentes, que las administraciones varias deben proporcionar el marco en el que los jóvenes ocupen su tiempo libre, que...

Hacía frío en Algemesí. Datos, anécdotas, indiciplinas, casos concretos graves y menos graves. La lección de Pilar tuvo el valor de los preceptos clásicos; esos preceptos que indicaban que la educación y la aplicación en el estudio dulcifican el carácter y suprimen la barbarie. Y eso es más que importante en el umbral del tercer milenio.

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