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El grave estado de Tudjman crea un vacío de poder en Croacia

Los partes médicos informan de que la salud del presidente croata, Franjo Tudjman, de 77 años, mejora día tras día. Sus allegados aseguran que ha recuperado la consciencia e incluso podría firmar el decreto para convocar las elecciones parlamentarias el próximo 22 de diciembre. Al mismo tiempo, los dirigentes del régimen intentan buscar una salida a la situación de vacío de poder. Las soluciones van desde una reforma de la Constitución a una ley para cubrir la incapacidad de Tudjman.

La enfermedad de Tudjman, que lleva ya tres semanas internado en situación agónica, la impronta autoritaria con que ha marcado su régimen y el temor de sus fieles seguidores, que no se atreven ni a plantear la cuestión de la incapacidad del presidente, han dejado a Croacia en una situación de vacío de poder.Nadie en las filas del régimen osa moverse. Todos parecen actuar según la máxima el que se mueve no sale en la foto. El temor al enfermo paraliza a sus fieles acólitos, asustados ante la posibilidad de que pueda recuperarse y pedirles cuentas por lo que han hecho o dicho durante su enfermedad.

Hace siete días todo indicaba que Tudjman se hallaba casi muerto y que sólo vivía gracias a los aparatos. A lo largo de la semana pasada, de una forma tímida primero y con firmeza los últimos días, desde las filas del poder, los partes médicos y mensajes más o menos subliminales empiezan a crear la impresión de que Tudjman se recupera, e incluso se halla consciente.

No obstante, no se ha publicado una sola foto que muestre al enfermo. Todo se reduce a escuetos partes médicos que dejan sin respuesta las preguntas más obvias sobre la salud del presidente y su capacidad para regir el país. La Constitución croata, hecha como un traje a la medida del hombre que yace en un hospital de Zagreb, no prevé la figura de un vicepresidente. La sustitución del presidente sólo se produce en caso de muerte, dimisión o incapacidad permanente. No contempla la incapacidad temporal. El portavoz del movimiento que gobierna, la Unión Democrática Croata (HDZ), Ivica Ropus, el mismo que declara ahora que Tudjman se encuentra consciente, afirmaba hace días que el Gobierno no va a solicitar la incapacitación del presidente y que plantear la cuestión es algo "de mal gusto".

No deja de ser llamativo, y revelador de la confusión entre Movimiento y Gobierno, que sea el portavoz del HDZ quien asegure con contundencia lo que debe hacer el poder ejecutivo. La Constitución no deja lugar a dudas: el Tribunal Constitucional declara la incapacidad del presidente a solicitud del Gobierno. En ese caso, el presidente de la asamblea legislativa asumirá la presidencia y, antes de 60 días, se elegirá un nuevo presidente por sufragio universal.

El HDZ parece empeñado en que Tudjman muera como presidente. Este empeño puede costar caro, y abre una serie de interrogantes. La enfermedad de Tudjman ha dejado a Croacia en un laberinto con difícil salida. Tudjman había escogido el 22 de diciembre para las elecciones legislativas, pero faltaba su firma. El plazo para la convocatoria es de 30 días y, si no firma este fin de semana, las elecciones se celebrarán en el plazo legal de 60 días, a partir del final de la legislatura, el próximo día 27.

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Para embrollar más la situación, el Tribunal Constitucional acaba su mandato el próximo 6 de diciembre. Croacia podría encontrarse en una situación de absoluta parálisis política en todos sus poderes. Esto inquieta a opositores y algunos analistas, que temen que este vacío de poder pueda servir de pretexto para algún tipo de actuación antidemocrática. Un sociólogo habla del síndrome del Cid por al afán de la HDZ de ganar batallas incluso con Tudjman muerto.

Esta semana se prevén reuniones del Parlamento para tratar de salir del atolladero.

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