_
_
_
_

Detenido el novio de la adolescente cuyo cadáver fue hallado enterrado en Atarfe. Familiares de la víctima afirman que el novio la maltrató en alguna ocasión. El presunto homicida confesó a su padre que había matado a la joven.

"¡Justicia, justicia!" era el grito unánime que resonaba ayer junto al número 38 de la calle Menéndez Pelayo de Atarfe (Granada) donde residía Ana Dolores Heredia Heredia, de 17 años, cuyo cadáver fue descubierto la noche del viernes por la Guardia Civil, con la cabeza ensangrentada cubierta por una camiseta y el cuerpo semidesnudo, junto a una tapia de revoque de un cortijo abandonado.Unas horas antes, a las dos y media de la madrugada del sábado, había sido detenido quien fue su novio durante dos años, Fernando U. R., de 23. El padre de Fernando fue quien dio aviso a la Guardia Civil y precipitó su búsqueda y detención en Pinos Puente.

Ana Dolores había desaparecido tres días antes, pero la familia prefirió averiguar su paradero por sus propios medios antes que recurrir a la Guardia Civil. Cuando intervino la autoridad era demasiado tarde. Fernando, según el testimonio de los familiares de la Ana Dolores, después de su misteriosa desaparición, estuvo en su casa y en la de un tío suyo preguntando si había regresado o si tenían noticias de ella. Ana Dolores, probablemente, ya había sido asesinada y su cadáver enterrado en una zanja poco profunda, a 500 metros de la vivienda familiar.

La primera noticia que tuvo la Guardia Civil de Ana Dolores Heredia la recibió a las ocho menos veinte de la noche del viernes. Un hombre se presentó en el puesto que tiene el Instituto Armado en Atarfe, una población del área metropolitana de Granada de 10.000 habitantes, y anunció que en una casa de campo arruinada, conocida como el cortijo Tejero o Kubala, yacía abandonado el cadáver de una mujer de 17 años.

El hombre, de 42 años, que precisó a los agentes el lugar exacto donde estaba el cuerpo de Ana Dolores, había conocido de primera mano el crimen. Su hijo, Fernando U. R., de 23 años, agobiado por el remordimiento, no pudo ocultar por más tiempo la fechoría y le confesó cómo había matado a la mujer que había sido su novia durante los dos o tres últimos años. A continuación, confuso, huyó.

Hacia las nueve de la noche, la Guardia Civil llegó al cortijo y tras un somero reconocimiento encontró en una depresión poco profunda, junto a una tapia, el cadáver de una mujer, que había sido cubierto descuidadamente con ramas de olivo, hierbas y piedras. El cadáver presentaba una gran herida en la cabeza, que estaba cubierta con una prenda de la víctima. El fallecimiento, según la primera impresión, pudo ocurrir tres días antes, cuando Ana Dolores desapareció.

Los celos o la resistencia de la mujer a continuar la relación sentimental con Fernando son algunas de las hipótesis barajadas ayer por la familia como causa del crimen, que aseguraró que las relaciones de la pareja se habían enfriado hacía tiempo, que habían discutido e incluso que Fernando la maltrató en alguna ocasión.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Hacia las diez de la noche el juez autorizó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde durante la mañana de ayer se le practicó la autopsia.

La Guardia Civil, tras comprobar que no existía ninguna denuncia referente a la desaparición de la mujer, organizó de inmediato un dispositivo de búsqueda con un objetivo claro: dar con Fernando U. R.

El presunto criminal no había ido muy lejos. A las 2.30 de la madrugada de ayer agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, junto con fuerzas de la tercera comandancia de Granada, procedieron a la detención del hombre. Fernando tiene antecedentes judiciales por robos de escasa cuantía. Ana Dolores Heredia, que hoy recibirá sepultura, era la menor de una familia formada por cinco hermanos.

[Por otro lado, la Guardia Civil halló ayer en un camino forestal de Gibraléon (Huelva) el cadáver en descomposición de una joven, informa Europa Press].

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_