"Me preocupa que se vea a los medios como grupos de acción militante"

Iñaki Gabilondo, director de Hoy por hoy en la Cadena SER, recibió anoche el Premio de Periodismo de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE). El jurado valoró la posición de liderazgo de su programa y la credibilidad que transmite a través de las ondas. El periodista donostiarra lamenta la falta de autocrítica y de reflexión colectiva en un momento en el que los medios parecen haber asumido papeles que no les corresponden.Pregunta. El día en que se anunció el galardón, usted se sorprendió de que la prensa premiara a la radio.

Respuesta. No fue exactamente una sorpresa. Quise valorar las relaciones entre los dos medios. En octubre de 1977, cuando la radio fue liberada de su compromiso de conectar con Radio Nacional, José Joaquín Iriarte y yo fuimos los primeros en hacer, en la SER, un programa de información en libertad. Vista desde la radio, la prensa era un elemento de referencia. En estos años, la radio ha alcanzado un alto nivel de reconocimiento.

P. En aspectos como la credibilidad, algunas encuestas sitúan a la radio por encima de la prensa.

R. En unas cosas puede ser mejor y en otras no. Lo cierto es que la radio está en un buen momento. Ha conservado la magia y la credibilidad. Vive en un contacto tan permanente con la realidad que está condenada a mantener altos esos puntos de proximidad y credibilidad; porque si los perdiera, estaría condenada a morir.

P. ¿Ha percibido en algún momento que la radio esté en peligro?

R. Observo con preocupación una novedad que se está produciendo en los medios en general: se han convertido en grandes referentes políticos. Manuel Marín me advirtió hace tiempo de que eso estaba ocurriendo en Europa. Hace unos años, los partidos políticos eran los grandes activos de la acción política; y los medios, el lugar a través del cual se proyectaban. Ahora, los medios parecen ser el centro mismo de la acción política, y los partidos, la escuela de formación de cuadros. Me parece un poco peligroso. Estoy observando algunas señales de los oyentes, lectores o espectadores que empiezan a agruparse en torno a..... No piden a los medios solvencia, sino una especie de chute que caliente su corazón. Percibo esas señales y me preocupan.

P. ¿Le parece que hay medios militantes?

R. Observo que hay oyentes, lectores y espectadores que están empezando a ver a los medios como grupos de acción militante. A los políticos no les importa mucho su imagen corporativa, pero a los periodistas sí debería importarnos la nuestra. No creo que los medios deban carecer de ideología, sino que marco la diferencia entre tener ideología y actuar como brazo armado de los nuevos grupos políticos.

P. ¿Hay alguna manera de reconducir esta situación?

R. Mi solución a este problema es la ética periodística. Un marco de protección para que la sociedad esté segura de nuestro oficio.

P. El jurado de la FAPE valoró especialmente su sentido ético. ¿A qué valores no renunciaría?

R. A los de la técnica de la profesión. Simplezas del calibre de saber cuándo una cosa es un rumor o es una noticia, confirmar o no confirmar las informaciones, aceptar la existencia de límites. Siempre pongo el ejemplo del cirujano. Si tiene obligación de operar con guantes, lo hará tanto si tiene prisa como si no, y tanto si trabaja en un hospital público como si lo hace en uno privado. Creo en la ética instrumental. Es la coraza protectora de este oficio y de sus profesionales frente a todas las manos que intentan entrar en su territorio.

P. ¿Entre los propios profesionales existe juego limpio?

R. No todos los periodistas practican el mismo oficio. Se llama periodismo a una variada gama de cosas. Algunas subespecialidades que se practican no las reconozco como periodismo.

P. ¿Cómo será la aclimatación de los medios a nuevos soportes tecnológicos como Internet?

R. El paisaje me produce vértigo, pero no sé pronosticar. Creo que Internet inaugura un nuevo mundo que pone en solfa todo lo que hay. Habría que articular unos principios éticos de nuestra actividad para que, sea cual sea el marco tecnológico, estemos armados con principios de una cierta solidez. Me preocupa la mitología del "todo vale si tiene éxito" y también la configuración de grupos de comunicación excesivamente grandes. No porque sean grandes, sino porque sean demasiado heterogéneos y pierdan de vista la información.