La noche más fugaz
La lluvia de estrellas fugaces de Leónidas fue este año generosa y muy puntual con sus seguidores. Las predicciones acertaron en la hora de la máxima actividad, las tres de la madrugada, hora peninsular, pero se quedaron cortas en cuanto a la intensidad: los más afortunados contaron hasta 15.000 estrellas fugaces por hora, cuando no se esperaban más de 600. Las Leónidas son ínfimos granos de polvo que deja el cometa Tempel-Tuttle cuando pasa cerca del Sol cada 33 años, y que al entrar en la atmósfera terrestre se queman por la fricción. Ayer variaban las cifras de su estela, según dónde se anunciaran: bajo el iluminado cielo de Madrid no se llegó a las 300 estrellas por hora, pero en las cumbres canarias se registraron entre 5.000 y 10.000, y aún más en Sierra Nevada
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