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El fiscal pide internar dos años a un menor que mató a su padre

La Fiscalía de la Audiencia de Tarragona solicitará dos años de internamiento en un centro de reforma para el menor de 15 años que confesó el pasado mes de septiembre ante la Guardia Civil de El Vendrell que había matado a su padre. El abogado defensor solicitará que pase a una condición de libertad vigilada, dado que entiende que el joven, que actuó acompañado de un amigo de 18 años, actuó en legítima defensa. El juicio, previsto para el día de ayer, tuvo que suspenderse precisamente por la incomparecencia del amigo, que tras pasar unos días en prisión fue puesto en libertad.La medida solicitada por el ministerio público para el joven es la máxima que se puede imponer a un menor, según la legislación vigente, y supone el internamiento durante un plazo de dos años en un centro de reforma y en régimen cerrado. La solicitud de la fiscalía se ha producido tras la realización de un dictamen que ha elaborado un equipo técnico de psicólogos, sociólogos y educadores sobre el menor. El letrado que defiende al chico considera que actuó en legítima defensa, por lo que solicita que su condición pase a ser la de libertad vigilada. Entre los citados ayer a declarar figuran nueve testigos, fundamentalmente los vecinos que habitan en el número 79 de la carretera de Valls de El Vendrell, lugar en el que se produjeron los hechos.

Autoinculpación

El menor se autoinculpó el pasado 8 de septiembre de haber matado a su padre, Alfonso Corredor, de cuatro puñaladas. Según relató a la Guardia Civil, alrededor de las 10 de la noche de aquel mismo día se dirigió a su domicilio y se encontró a sus padres inmersos en una fuerte pelea. Alfonso Corredor esgrimía un cuchillo. Ante las frecuentes agresiones que Corredor, de 33 años, sometía a la madre, Manuela Marín, de 36, el joven retornó a la calle y reclamó la ayuda de un amigo, David Romero, de 18 años. Una vez de nuevo en la casa, el menor se dirigió a la cocina donde se hizo con un cuchillo de grandes dimensiones con el que asestó a su padre cuatro puñaladas, una de ellas, en el cuello, mortal de necesidad.

El menor, la madre, una hemana y el amigo acudieron a la Guardia Civil para denunciar las agresiones de Alfonso Corredor. En aquella primera denuncia nadie confesó la muerte del padre. Horas después, a la 1,40 de la madrugada, retornaron a la comisaría y Manuela Marín requirió la presencia policial en el domicilio porque a su marido, dijo, "podía haberle pasado algo". El cuchillo con el que supuestamente se cometió el homicidio fue localizado posteriormente en un vertedero de la población. El menor, después del crimen, lo arrojó en un contenedor de basura.

Los vecinos del inmueble explicaron que aquella noche se había producido una de las peleas habituales del matrimonio y que incluso habían alertado telefónicamente a la policía local.

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