Terra, de 596.000 millones a 1,7 billones en un día
La filial de Telefónica revoluciona la Bolsa y triplica su valor en su primera jornada de cotización
La llegada de Internet a la Bolsa rompió esquemas. Terra Networks, la filial de Telefónica en ese sector, resultó espectacular. Superó ampliamente las previsiones y forzó a las autoridades bursátiles a servirse de todos los resortes del mercado para evitar el estrangulamiento de la cotización y conseguir liquidez. De tal manera que tuvo que hacer una subasta especial fuera de mercado en la que su valor se triplicó sobre el de salida y pasó de 596.000 millones de pesetas a 1,7 billones. Fue una situación sin precedentes.Las acciones de Terra cotizaron al final de esta larga sesión a 37 euros, con una ganancia del 184,61% (casi el triple) sobre el precio de colocación del tramo institucional, 13 euros, que fue el que se tomó como referencia. Los inversores particulares, cuyo precio de salida fue de 11,81 euros, alcanzaron una ganancia del 213,29%. Los minoristas se tuvieron que conformar con un paquete inferior al 13%. Telefónica mantiene el 69,6%.
La campaña publicitaria funcionó y los numerosos inversores que se quedaron sin acciones en la OPV de Terra trataron de conseguirlas en el mercado, lo que bloqueó el valor ya en el periodo de preapertura en el que se fijan los precios y para el que la normativa del mercado ofrece un margen de oscilación del 50%.
Para cruzar operaciones debe darse una cobertura del 20%, es decir, que la oferta o la demanda no deben ser menores de ese porcentaje de la posición contraria. Pero el mercado contaba con menos de 500.000 acciones para vender a 19,5 euros, frente a una demanda de más de siete millones.
Por ello, los responsables de supervisión, haciendo uso de la letra pequeña de la normativa, elevaron el margen de oscilación al 100%, es decir, hasta 26 euros, por primera vez en la historia de la Bolsa, y Terra comenzó a cotizar a ese precio con 105 minutos de retraso sobre el horario previsto (la apertura es las 9.30 horas). A partir de ese nivel, el mercado puede moverse otro 15% adicional. En pocos minutos llegaron a cruzarse operaciones a 29,90 euros (4.975 pesetas).
Los inversores pudieron entonces cruzar operaciones sin problema alguno de liquidez, aunque en las casas de bolsa se producían constantes órdenes de particulares, unos para anular las ventas y esperar mejores precios, y otros para cancelar las órdenes de compra, ya que la cotización superaba con mucho sus previsiones y aumentaba el nivel de riesgo hasta cotas insospechadas. En esos momentos, todos los inversores recordaron que Terra ha sido admitida a cotización en el mercado Nasdaq de Estados Unidos como "valor de alto riesgo" y que su cotización comenzaba a las 15.30 horas de España.
Fue, precisamente, la puesta en marcha de ese mercado la que introdujo un nuevo factor de distorsión en la cotización de Terra, ya que en Nasdaq no existen limitaciones en la variación de las cotizaciones, lo que convierte a este mercado en el más atractivo y arriesgado del mundo. En ese mercado cotizan, sobre todo, las sociedades del sector electrónico, de muy rápida evolución, y de las que Microsoft se ha convertido en el paradigma.
Cotizar en dos bolsas con normativas tan opuestas -en el mercado continuo español las cotizaciones sólo pueden oscilar un 15%, habitualmente- tenía que provocar por fuerza distorsiones. La cotización de Terra en Nasdaq alcanzó en la apertura un precio de 54,50 dólares (52,40 euros), lo que favoreció las operaciones de arbitraje de los profesionales, que compraban en España a 29,90 euros, precio máximo admitido por el límite, y vendían en Estados Unidos a 54 dólares. Una ventaja más para los conocedores de las bolsas.
Esta entrada constante de papel al mercado Nasdaq hizo caer el precio hasta 35,50 dólares (34,13 euros) en apenas media hora, lo que enfriaba el ambiente, pero dejaba abierto un amplio margen respecto de la Bolsa española. Los responsables del mercado tuvieron que echar mano otra vez de una normativa que deja en sus manos la resolución de problemas extraordinarios, y decidieron abrir un periodo de ajuste de 15 minutos tras el cierre del continuo, en el que se fijaría un precio mediante una subasta similar a la que cada mañana se establece en la preapertura del mercado, pero dándole otro margen del 50% a la cotización.
El precio se fijó en 37 euros, frente a los 37,50 (39 dólares) a que cotizaba en el Nasdaq en ese momento y ya no se movió más. Ése es el precio oficial de cierre y el que servirá de referencia en la apertura de hoy en Madrid. Al cierre del Nasdaq, Terra marcaba 38,25 dólares, muy cerca de los 37 euros que fijó en la Bolsa española.
Novena empresa en Bolsa
Terra negoció ayer en el mercado continuo 12,29 millones de acciones, 2,26 veces el tramo minorista, aunque se realizó una operación institucional por 15,16 millones de acciones. En total, se movieron 27 millones de acciones.Al precio de cierre en el mercado español, 37 euros, la capitalización de Terra -todas sus acciones a precio de mercado- era de 10.193 millones de euros (1,7 billones de pesetas), lo que supone 1,3 veces la capitalización del Banco Popular y casi la misma que Argentaria o Gas Natural. Terra se convirió en la novena empresa española por capitalización, superando firmas como Pryca o Tabacalera.
Telefónica vendió 62 millones de acciones en la OPV, poco más del 23%. Al precio institucional, 13 euros, la sociedad valía 3.581 millones de euros, 600.000 millones de pesetas, pero ayer se valoró en 10.193 millones, lo que eleva el precio de las acciones que aún mantiene Telefónica en 5.000 millones de euros en dos días, hasta más de 1,25 billones de pesetas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.