La negociación para la investidura de Pujol provoca desconcierto en CiU

La investidura de Jordi Pujol está evidenciando divisiones en el seno de Convergència i Unió (CiU). El desconcierto negociador que la coalición nacionalista desplegó ayer fue todo un ejemplo de ello, según varios dirigentes de CiU. Las negociaciones anunciadas con Esquerra Republicana (ERC) se suspendieron tras la reunión de la cúpula nacionalista con Pujol. En CiU cunde la idea de que se vive el principio del pospujolismo.

Nada fue como estaba previsto. Mientras los negociadores de ERC se aprestaban a reunirse con los representantes de CiU, éstos estaban de viaje. El consejero de Política Territorial, Pere Macias, se hallaba en Oporto y el de Industria, Antoni Subirà, en Italia. Así que en la jornada de ayer no hubo reuniones entre ambas formaciones. El telefóno funcionó y fuentes oficiales de CiU aseguran que "los deberes están hechos". Pero lo cierto es que al asunto de la investidura de Jordi Pujol le aguarda un largo fin de semana.La mañana comenzó con una reunión en la cumbre entre Pujol y el equipo negociador. Después de la sesión se hizo público que CiU decidía posponer las conversaciones con Esquerra. Los consejeros mantuvieron contactos telefónicos para ultimar la oferta negociadora con ERC. De ello depende que los republicanos se abstengan el próximo martes, cuando se vote la investidura de Jordi Pujol.

Pero el diálogo con ERC ha puesto, además, de relieve el desconcierto y la división sobre la estrategia que debe seguir la coalición nacionalista. Pese a que en órganos directivos de CiU no se ha alzado ninguna voz píublica pidiendo un acuerdo con el PP -el socio de investidura más fácil de contentar-, en privado son numerosos los dirigentes de la formación de Pujol que ven con desconfianza el acercamiento a los independentistas que lidera Josep Lluís Carod Rovira.

"No se puede tratar de esta manera al Partido Popular", afirmaba un dirigente de CiU, quien quería expresar su malestar por el rumbo que están tomando las negociaciones. A juicio de los sectores nacionalistas moderados, no se puede ningunear un día a los conservadores y perdirles el voto a la mañana siguiente.

El desconcierto, apuntan fuentes de CiU, reside en que da toda la impresión de que el pujolismo se halla en una fase agónica y nadie con firme pulso dirige la estrategia de la coalición. La dirección de las conversaciones han recaído hasta ahora en Pere Esteve, secretario general de CDC, y en el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida.

Hasta hace unos días, todo iba encaminado a que Pujol saliese elegido presidente en la primera votación, lo que requería el voto afirmativo del PP. Pero tras los últimos escarceos entre CiU y ERC, ni eso está asegurado. Ahora la impresión dominante es que Pujol deberá ir a una segunda votación en la que sólo necesita la mayoría simple. Con ello, el actual presidente en funciones seguiría en el cargo con un solo voto y se plasmaría la mínima diferencia que existe entre CiU y los socialistas.