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MEDIO AMBIENTE

El Consell abrió el plan de residuos hace dos años a la iniciativa privada sin ningún resultado

La Generalitat ha abierto la implantación de las infraestructuras de tratamiento de residuos a las leyes del mercado. El consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, así lo ha anunciado. Y así lo manifiestan los presupuestos de los últimos años. Sin embargo, el Consell que dirige Eduardo Zaplana aprobó hace casi dos años el Plan Integral de Residuos (PIR) para solucionar el problema en un lustro. Y el plan, que necesitaba 60.000 millones, ya dejaba la vía libre a la iniciativa privada. Pero no ha habido ningún proyecto para ejecutar las plantas del PIR.

La Consejería del Medio Ambiente elaboró en la pasada legislatura un ambicioso plan, aunque no exento de críticas, para ordenar el tema de los residuos. En aquel momento el consejero era José Manuel Castellá, de Unión Valenciana, en aras del pacto de gobierno entre los regionalistas y el PP. Pero el PIR fue aprobado por el Gobierno Zaplana mediante un decreto y hasta fue presentado en sociedad por el consejero de Presidencia José Joaquín Ripoll. Asumía así el PP un proyecto que preveía una inversión pública de 50.000 millones en cinco años acompañada de otros 10.000 millones privados.Hacían falta 10 plantas de compostaje, 16 plantas de envases ligeros, nueve estaciones de transferencia, 20 ecoparques, 12 vertederos de basuras compactadas, uno de basura fresca y 496 vertederos de residuos inertes, entre otras planas de reciclaje. Sin embargo, el Consell ha dedicado en total en los últimos tres presupuestos menos de 4.000 millones (el 10% de lo previsto en el PIR).

Ante esta realidad, ya Castellá explicó que las infraestructuras del PIR se harían con dinero privado y sólo aquellas que no tuvieran respuesta del mercado serían acometidas por la Administración. Es decir, la iniciativa privada tendría vía libre para desembarcar en el negocio de las basuras con el beneplácito del Consell. Pero no ha servido de nada, según ha reconocido la propia consejería, en dos años ninguna empresa ha presentado un proyecto para acometer alguna de las infraestructuras del PIR. Todo se limita a conversaciones y consultas de carácter privado que no se han plasmado en iniciativas.

Así, cuando una empresa privada ha propuesto una planta de tratamiento de residuos, ésta no cuadra con la planificación del Consell. Es el caso de los dos proyectos que ahora se estudian, uno en Real de Montroi y otro en Llombai. O el vertedero de Dos Aguas, que ya recibe la basura de Valencia, que pese a tirar por tierra la zonificación del plan se dio por construido cuando aún era un proyecto.

Mientras, el exiguo dinero público ha servido para acabar media docena de ecoparques y proyectar alguno más o para acometer la única planta de clasificación de envases ligeros de las 16 previstas, a la que se le ha puesto la primera piedra pero sigue sin inaugurarse. Eso sí, se consiguió inaugurar una planta modélica de tratamiento de residuos, la de Onda, que costó 2.500 millones, pero estaba proyectada bastante antes de redactarse el plan.

Por eso, la oposición ha reaccionado con dureza ante la intención de Modrego, que además ha anunciado una nueva ley de residuos (y es la tercera que llegará a las Cortes, tras la del PSPV y la de populares y regionalistas que decayó a finales de la pasada legislatura).

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Joan Francesc Peris, del grupo parlamentario Socialistes-Progressites, asegura que el dinero privado sólo querrá construir, bajo exclusivos criterios empresariales, las plantas que sean rentables. "No tendrán en cuenta los métodos de procesamiento más modernos", vaticina, "y olvidarán los criterios de minimización, de recogida selectiva, de tratamiento integral de las basuras, es decir, los criterios de sostenibilicad". Peris explica que "la planificación de los residuos tiene que estar siempre en manos privadas", aunque luego se pueda hacer una concesión de la gestión.

Sabe que el gran negocio está en mover mucha basura y tratarla poco. Por eso arremete contra proyectos que, como los de Llombai y Montroi, incumplen la economía de escala y trasladan las basuras a zonas distantes del punto de origen. O contra el de Dos Aguas, que partió de un concurso público (del Consell Metropolità de l"Horta) pero dejó a los adjudicatarios la ubicación.

Ante el cariz que está tomando la política del PP, Joan Ribó, de EU, ya ha calificado el PIR de "un cuento más o menos bonito". A su juicio, el PIR no va con la política del PP, por lo que Modrego no ha hecho más que anunciar públicamente lo que ya se hacía desde el Consell, torpedear el plan. Y anuncia un futuro poco halagüeño: "Poca recogida selectiva, grandes vertederos, poco o nulo reciclaje y reutilización, peligro de incineración de residuos..." Y lo que es peor, contraviniendo las directivas europeas.

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