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Una excavación halla 24 sepulturas del antiguo cementerio judío de Girona

Las excavaciones realizadas en el barrio del Pont Major de Girona, al pie de la montaña gerundense de Montjuïc, han localizado 24 sepulturas que corroboran las hipótesis que situaban en esta zona el cementerio judío de la ciudad. El hallazgo del recinto funerario, que deberá delimitarse en próximas excavaciones, viene a coronar el proceso de recuperación de la presencia judía en Girona. El alcalde de la ciudad, Joaquim Nadal, anunció ayer que los campos de cultivo en los que se han encontrado los restos podrían convertirse en un parque arqueológico.

Un radar de subsuelo había detectado en sus exploraciones electromagnéticas una zona en la que el terreno presentaba una peculiar estratificación. Estos trabajos técnicos iniciales, sufragados por el programa Progress de la Unión Europea, permitieron acotar un espacio de unos 50 metros cuadrados, en los que hace unas semanas empezaron a excavar los arqueólogos. Las tumbas aparecieron inmediatamente y en una gran concentración. Las más profundas se hallaron a 1,70 metros y habían sido selladas con losas. Otras que consistían en una simple fosa se excavaron a menor profundidad sobre las anteriores. El tercer tipo de tumba, la llamada de cueva, es característica de las sepulturas hebreas. Se trata de una excavación lateral efectuada a partir de un agujero que posteriormente queda sellado por losas verticales. Textos del siglo XIV documentan este tipo de entierros hebreos, que también aparecen en el cementerio judío de Montjuïc de Barcelona.A pesar de no encontrarse lápidas, los indicios que certifican el origen judío del recinto funerario son múltiples. Todos los cuerpos hallados estaban orientados hacia Jerusalén, respetando una norma que no es tan rígida en los entierros cristianos. Según el arqueólogo Lluís Palahí, los restos hallados, que están siendo analizados por el servicio arqueológico de la Generalitat, no tenían ningún tipo de ajuar. Los únicos objetos que han aparecido en las fosas son un dedal de bronce, supuestamente perdido de manera accidental mientras se amortajaba un cadáver, y un pedazo de cuero que podría pertenecer al tocado que lucían algunas mujeres judías. Más allá de las pistas aportadas por la tecnología más avanzada, existía la convicción de que esta zona podía esconder un cementerio judío por las lápidas con inscripciones hebreas que aparecieron a finales del pasado siglo, cuando se construía la línea del ferrocarril. También durante el arado de los campos los agricultores de la zona desenterraron fragmentos de lápidas.

Nadal piensa que si futuros trabajos confirman la importancia del hallazgo, los terrenos actualmente dedicados al cultivo de alfalfa podrían, tras llegar a acuerdos con los propietarios, convertirse en un parque arqueológico: "El espacio tendría un indudable interés cultural y sentimental, acorde con la recuperación de la memoria histórica de la presencia judía en Girona".

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