El PP exige un gesto a Pujol para favorecer su investidura

Los dirigentes del PP catalán advirtieron ayer a Jordi Pujol de que su eventual apoyo a la investidura no será gratis, sino que exige un "acuerdo previo" antes de la votación. Las negociaciones entre Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana (ERC) han enfurecido a la cúpula del PP porque se ha interpretado que el "desprecio" hacia el PP catalán supera todos los límites imaginables. El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, no descartó ningún escenario y señaló que no votará a Pujol si antes no se ha reunido con CiU.

Fernández Díaz y el ministro portavoz, Josep Piqué, mostraron ayer su indignación hacia CiU hasta el punto de amenazar incluso con votar en contra de la investidura de Pujol si éste pacta con los independentistas de ERC. Los republicanos ni siquiera prevén un pacto nacionalista para la legislatura, se inclinan por la abstención y han descartado el sí a la investidura de Pujol. Pero las amenazas de Fernández Díaz y Piqué reflejan el malestar que se respira en la cúpula del PP catalán, que se considera "extremadamente ninguneada" por CiU, que se deshace en atenciones hacia ERC.La predisposición de los conservadores a favorecer la investidura de Pujol ha sido expresada reiteradamente por dirigentes significativos de la dirección nacional del PP, entre ellos el propio presidente, José María Aznar, y el secretario general, Javier Arenas. En consecuencia, CiU daba por hecho el respaldo del PP y ayer mismo el consejero de Economía en funciones de la Generalitat, Artur Mas, consideró "lógico" que al PP "le toque ahora dar estabilidad en Cataluña" después de que Convergència la haya garantizado en el Congreso.

No obstante, la predisposición en favor de la estabilidad puede acabarse si no se respetan mínimamente las formas. Alberto Fernández exigió ayer gestos a CiU si realmente pretende los votos del PP. "No será posible el voto afirmativo del PP si no hay un acuerdo previo con CiU antes de la sesión de investidura", aseguró ayer Fernández Díaz tras reunirse con su grupo parlamentario. Un "acuerdo previo" requiere conversaciones, y éstas, subrayó el líder regional, no pueden celebrarse mientras CiU dialoga con ERC. "No decidiremos el voto hasta conocer las propuestas del candidato y hoy por hoy no las conocemos", aseguró.

El portavoz del Gobierno y nuevo hombre fuerte del PP catalán, Josep Piqué, se manifestó en parecidos términos al asegurar: "Tal como van las cosas casi descartamos el voto afirmativo [en la investidura]". "El distanciamiento es cada vez más claro", remachó el ministro.

Pujol necesita el voto afirmativo del PP para ser investido el martes en la primera votación. En la segunda votación sería suficiente la abstención de ERC y del PP para que Pujol fuera reelegido, una posibilidad que CiU no ve con malos ojos.

En la coalición nacionalista no hay consenso sobre cuál es el escenario que más la beneficia. Ambos tienen ventajas e inconvenientes. Superar la investidura en la primera votación puede reforzar la imagen de solidez, pero CiU aparece asociada al PP. Salir elegido en segunda instancia con la abstención de ERC y el PP sirve a Pujol para desmarcarse del PP, pero con el coste de superar al socialista Maragall por un solo voto.