Amann considera "injustas" las críticas de Guipúzcoa a las cuentas vascas por el dinero que dedican a carreteras
El consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann, calificó ayer de "injustas" las críticas vertidas desde la Diputación de Guipúzcoa al Gobierno vasco por el "insuficiente" presupuesto destinado el año próximo a financiar las obras de construcción y mantenimiento de las carreteras. El anteproyecto de Presupuestos vascos para el año 2000 recoge 5.000 millones para viales, a repartir entre las tres diputaciones, lo que provocó el malestar en el Ejecutivo guipuzcoano, que reclama al menos 30.000 millones de pesetas a los gobiernos de Vitoria y central para la Éibar-Vitoria (A-1).En primer lugar, Amann recordó que "no cabe duda, ni discusión de quién es responsable y quién tiene que hacer el esfuerzo en carreteras: las diputaciones". En segundo lugar, puntualizó que el compromiso del Ejecutivo con las carreteras no terminará en esos 5.000 millones y aseguró que habrá más dinero a través del Plan Interinstitucional de Infraestructuras, previsto para el periodo 2000-2003. Así, además de los 5.000 millones que el Gobierno prevé dedicar a las carreteras cada uno de estos años, Amann apostó por establecer "un plan de inversiones a siete años y una financiación de las obras diagnosticadas como infraestructuras básicas necesarias a largo plazo".
En declaraciones a Radio Euskadi, el consejero adelantó que en el diseño de la A-1 se está pensando en la implantación del peaje, dado que esta vía soportará una gran densidad de tráfico. "Es justo solicitar una contribución a los que se van a beneficiar de esta carretera", apuntó.
Amann se refirió también al futuro del peaje de la autopista Bilbao-Behobia (A-8), cuya transferencia a Euskadi está cercana tras el desbloqueo político de las negociaciones que mantenían los ejecutivos vasco y central. "El tráfico crece a unos índices enormes. El sistema viario vasco no tiene capacidad para absorber esa afluencia masiva, cada vez mayor, de tráfico de vehículos ligeros y pesados. Tiene que haber algún instrumento que regule esa circulación y que evite su masificación. Uno de esos recursos es el peaje", zanjó.
Por otra parte, confirmó que la intención del Gobierno es que las obras de la Y ferroviaria comiencen en el año 2001.
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