El Gobierno de Brasil liberalizará por completo su mercado de divisas
El banco central de Brasil confirmó ayer que liberalizará por completo el mercado de divisas del país. A partir del segundo semestre del año próximo no habrá límite para cambiar moneda nacional, el real, por cualquier divisa extranjera al tipo de cambio que fije el mercado, puesto que desde hace 10 meses el tipo de cambio del real no está sujeto a ninguna restricción. La segunda fase de este plan consistirá en la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda abrir cuentas en moneda extranjera.
El libre cambio de moneda extranjera será el próximo paso en el proceso de liberalización del mercado cambiario en Brasil, que desde enero pasado permite la libre fluctuación. La denominada "libre convertibilidad", que acabará con restricciones al cambio de moneda nacional por extranjera y a las remesas al exterior, comenzará a regir a partir del segundo semestre del año 2000, manifestó el director de Asuntos Internacionales del banco central de Brasil, Daniel Gleizer, quien confirmó así la información adelantada hace dos semanas por el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, en una entrevista concedida al diario Folha de São Paulo. Puerta a las inversiones
La libre convertibilidad, recalcó el presidente del banco central brasileño, Arminio Fraga, pondrá fin a las condiciones de falta de estímulo a las inversiones extranjeras productivas, que se traducen en gravámenes a la hora de las retiradas de beneficios y ganancias. "Era como alentar la llegada de invitados para cortarles el cabello en la salida", dijo Fraga, tras recalcar que, legalizar la convertibilidad y quitarle defectos contribuirá a "reglamentar algo que ya ocurre en la práctica".
La "libre convertibilidad" ha creado expectativas sobre un eventual aumento del flujo de capitales "limpios" hacia Brasil y un adicional desincentivo a la presencia de recursos de corto plazo, eminentemente especulativos, llamados "capitales golondrinas", que sufrirán ahora los gravámenes.La medida permitirá a cualquier persona cambiar libremente divisas -por el tipo de cambio del día-, pero inicialmente no contemplará la posibilidad de la apertura de cuentas bancarias en moneda extranjera o los pagos de deudas en divisas distintas al real.
Las empresas del sector petrolero y de energía eléctrica son las únicas que en la actualidad pueden tener cuentas bancarias en dólares, pero esas excepciones serán reglas especiales obsoletas cuando, en fecha aún por fijarse, cualquiera tendrá acceso al mercado de cambio como mejor le parezca.
La eliminación, hace diez meses, del sistema de las "bandas cambiarias" -techos y promedios para el cambio fijados por el banco central- y la inauguración de la libre fluctuación acabó con la sobrevalorización del real y dio paso a la posibilidad de adoptar la "libre convertibilidad". Ésta se ha visto reforzada, a su vez, por la previsible mejora de las condiciones en el escenario económico nacional.
El director de Asuntos Internacionales del banco emisor afirmó que la iniciativa dejará sin efecto el cambio paralelo, que pasará a ser prácticamente exclusivo de las organizaciones dedicadas al "blanqueo" de dinero ilícito, lo que, a su vez, facilitará la fiscalización por parte de las autoridades.
Desde que eliminó las "bandas cambiarias", el banco central ha preparado el terreno para ahondar la liberalización del mercado cambiario y sus primeras medidas fueron eliminar los límites de gastos de turistas en viajes al exterior y permitir que los bancos aproximasen las cotizaciones de los denominados "dólar comercial" y "dólar de turismo" o "fluctuante". El primero es adquirido para la realización de operaciones de comercio exterior, y el segundo, para operaciones de volúmenes marginales, especialmente operaciones turísticas, y deberán dar paso el próximo año a una unificación.
Las autoridades del banco central han aclarado que la convertibilidad no tiene ninguna relación con la convertibilidad fija que existe en Argentina, con una cotización del peso y del dólar "uno a uno". "Lo que se pretende es muy simple: facilitar la vida del ciudadano o de la empresa que vive dentro de la ley y paga al día sus impuestos y dificultar cada vez más la de aquellos que no lo hacen", dijo Fraga.
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