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Tribuna:DÍA A DÍA
Tribuna
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Els esclata-sangs

Animan las transparentes horas del otoño las setas. Florecen estas mágicas criaturas fijas al substrato como los vegetales, pero se alimentan de manera orgánica, como los animales; ni bestias ni plantas. Embrujados descomponedores, por la fermentación regeneran la vida. Para griegos y romanos fue difícil explicar su identidad, los creían "fruto del ayuntamiento entre una gota de agua y un rayo de sol". Que la tierra mantenga calor solar y que transcurran cuarenta mágicos días desde una lluvia veraniega u otoñal son las condiciones para que nazcan, según nuestro pueblo.Está empezando estos días la colecta de los exquisitos esclata-sangs, los montes circundantes de la Mariola se han poblado de esclata-sanguers. Hasta ahora, en el mercado, encontrábamos los sabrosos rovellons -de "rovell", su color de hidróxido de hierro- o pinetells, los níscalos, en latín lactarius deliciosus, "el delicioso que tiene leche". Al herirlo, el rovelló vierte un líquido anaranjado, mientras fluye un humor rojo intenso del esclata-sang, el lactarius sanguifluus (en Eivissa, La Vall d"Albaida y la valleta d"Agres se le llama pebràs, en realidad una variedad diferente, también comestible, con un cierto sabor a pimienta, de ahí su denominación, lactarius piperatus).

Como el tesoro de su sabor, nos guarda la estrecha proximidad del rústico y agreste esclata-sang popular con el elevado y eminente sangui-fluus ("que mana sangre") del latín biológico. En "conservar-se com un rovelló", sinónimo de no envejecer, el pueblo contiene su intuición de la extraordinaria perdurabilidad del milenario micelio, la telaraña generadora de setas, emblemas afrodisíacos de las almas -¡cómo no, en noviembre!-que, en la milenaria China también son símbolo de la longevidad e inmortalidad.

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