"Si el partido no cambiaba, perdíamos las elecciones"
El presidente del grupo político que gobierna México desde hace 70 años, José Antonio Gónzález Fernández, defiende la sinceridad de la transición democrática acometida por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, prueba de ello, afirma, son las primarias de mañana para elegir por sufragio universal y secreto a su candidato a las presidenciales del 2000. "Si el partido no cambiaba, perdíamos las elecciones", admite.Sin la decisión del actual jefe de Gobierno, Ernesto Zedillo, de renunciar al dedazo (designación directa del sucesor), práctica ejercida por todos los presidentes mexicanos, agrega, el partido más antiguo del mundo aún en el poder pudo haber persistido en los viejos y antidemocráticos usos. González, de 47 años, rompe en su trato personal con la solemnidad de quienes le precedieron, y exhibe sentido del humor. Dice que no es fácil hacer una transición sin regalar poder. "Quisiera recordar los años setenta en España. Cuando se iba a hacer esa transición decían: "¡Pero cómo, coño! Se dice así allá, ¿no?".
En una entrevista con EL PAÍS, niega que Francisco Labastida, ex ministro de Interior de Zedillo y favorito en las encuestas, haya recibido los favores del aparato en detrimento de los otros tres precandidatos. "No hay prueba de ello". Anticipa que los candidatos de la oposición, Vicente Fox, por el Partido de Acción Nacional (PAN), conservador, y Cuauhtémoc Cárdenas, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), centro izquierda, serán derrotados. Coloca al PRI en el centro del espectro político. "¿Centro izquierda el PRD? Puro pinche cuento. Es el partido comunista: una amalgama de tribus".
Pregunta.La apertura del PRI parece arrancar obligada por las circunstancias, no por el convencimiento democrático de quienes la promueven.
Respuesta.La fuerza del presidente sigue siendo enorme, y tiene una muy alta respetabilidad y aceptación. Si él no hubiera querido no habríamos dado este paso. Además flotaba en el ambiente, entre nosotros, que si no lo hacíamos perdíamos, perdíamos la elección del año que viene. La situación que prevalecía de la política en México y en el mundo era de apertura. Perdimos seis millones de votos hace dos años. [El PRI obtuvo 17 millones de votos en las presidenciales de 1994 contra 11 millones de votos en las legislativas de 1997]. Perdimos todo el Distrito Federal, todo, la jefatura y todas las diputaciones. La oposición venía creciendo. Si no hubiéramos cambiado nos habrían cambiado.
P.El número de trampas electorales cometidas por el PRI a lo largo de su historia perjudica a la credibilidad del proceso.
R. La sinceridad del proceso tardó en permear, pero no mucho. Ahora la pregunta no es ésa, ya nadie duda de la credibilidad; la pregunta es si el partido se mantiene unido o no.
P. Muchos en la calle, incluso del PRI, no ven todavía el proceso como una verdadera transición a la democracia.
R. La gente del pueblo son muchos millones. A lo mejor contactó con gentes panistas y perredistas. No dudo de que hay priístas escépticos, lo reconozco. Hay un ex presidente del PRI que dice por qué no lo hacemos a la vieja usanza, para qué nos metemos en líos, esto va a fracturar el partido. Claro que hay inercias, y resistencias, las menos, cada vez las menos. La gente tiene esperanza; la gente tiene deseos de que las cosas cambien.
P. Tres de los cuatro precandidatos denunciaron gastos ilegales o favoritismo oficial a favor de Labastida.
R. Ha habido un tope y auditorías nacionales. Otros partidos ni tuvieron topes ni auditorías ni sabemos lo que han gastado realmente.
P. El precandidato Manuel Bartlett (ex gobernador de Puebla) insiste en la existencia de una cargada (apoyo del aparato del partido y del Estado) en beneficio del ex ministro de Interior.
R. No lo probó, lamentablemente. Lo tomo como una parte del discurso político.
P. ¿La rebeldía atribuida al precandidato Roberto Madrazo (ex gobernador de Tabasco) contra el sistema ayudó a legitimar las primarias?
R. Diría que no pensó en legitimar el proceso. Nadie piensa en eso, creo que él hizo campaña para ganar.
P. La virulencia de Madrazo desapareció en su discurso de cierre de campaña. ¿Ha negociado algo para bajar el tono?
R. El partido no ha negociado nada con nadie.P. Felipe Calderón, ex presidente del PAN, acusó a los cuatro precandidatos de no haber abordado a fondo asuntos que interesan a la sociedad, sobre corrupción, perfiles o supuestas ilegalidades en el origen de los fondos porque el debate hubiera salpicado a todos. Asegura que hay un acuerdo de impunidad en el seno del PRI.
R. Creo que es lógico que un ex dirigente del partido de oposición más fuerte de México, tenga que decir eso del PRI. Puedo rebatirlo, pero pongamos sobre la mesa los discursos de los precandidatos del PRI y los discursos de Fox a ver quién ha hecho más propuestas.
P. Usted habló de inercias, una de ellas es que el electorado priísta vote por quien es percibido como ungido desde la presidencia. ¿Labastida?
R. No. Todos han tenido cargos importantes. El argumento es que hay circunstancias diferentes en el origen de cada uno de los cuatro para decidir su candidatura; y otra cosa es la percepción, cómo ve la gente los discursos y las declaraciones y el acercamiento y la decisión que tuvieron los cuatro para ser candidatos a la presidencia.
P.El PRI, según algunos analistas, resurgirá después de las primarias y puede llegar a monopolizar de nuevo el espacio político, incluso el de la oposición.
R. ¿Pero cómo se monopoliza? Por el trabajo político que está haciendo uno, por el debate que está haciendo uno, por el discurso que está haciendo uno. Ahí tiene usted la agenda de la plataforma electoral, hicimos 180 foros, discutimos el programa de Gobierno con 180.000 priístas.
P. Nadie duda de la capacidad del sistema de hacer foros, presentar plataformas y conseguir votos. Pero ¿no conviene a México una alternancia?
R. Lo que no está bien es regalar el triunfo. En este país hay 11 Gobiernos controlados por la oposición. Los reconocimos y no hubo ningún problema poselectoral. Ha habido alternancia a niveles estatales, municipales y locales. Hoy el PRI no tiene la mayoría en la Cámara de Diputados, pero es muy legítimo luchar por conservar el poder, por ganarse la voluntad de los ciudadanos.
P. ¿Tiene ideología el PRI?
R. Sí, hay: libertad, democracia, justicia social, soberanía. Ahí están los avances del país. Observe cómo estaba México en 1929 y cómo está ahora.
P. El PAN se considera de derechas, al PRD de centro izquierda y de ustedes se dice que llevan 70 años en el poder.
R. PRI es centro. Y eso de que el PRD es de centro izquierda es puro pinche cuento, hombre. Es el partido comunista. La líder del PRD (Amalía García) tiene su formación de partido comunista histórico, mundial. El PRD es una amalgama de tribus.
P. ¿No es demasiado suave una amonestación pública al gobernador de Chiapas, que destituyó al jefe parlamentario del PRI por no aceptar sus presiones en favor de Francisco Labastida? ¿No fue eso una cargada?
R. Se aplicaron las reglas, los códigos de ética del partido. Y no es tan grave.
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