Aclaración
En relación con la información y el editorial que su periódico del 1 de noviembre dedicaba al debate sobre la jornada continua en la enseñanza no universitaria, se me atribuye una responsabilidad que carece de fundamento. Ése era un asunto que ya se venía planteando antes de mi llegada al Ministerio de Educación y Cultura. El Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados del 25 de marzo de 1998 recoge mi posición con toda claridad: "Yo, personalmente, estoy en contra, pero admito que haya opiniones que estén a favor (...). El Ministerio de Educación no quiere modificar el horario escolar, no propugna la jornada continua, para nada. Yo estoy absolutamente convencida de que la jornada continua no es la mejor, pero no soy dogmática y entiendo que haya padres que la prefieran".Sólo en el caso de que los padres solicitaran la jornada continua, el ministerio estudiaba caso por caso siempre que se dieran las condiciones siguientes:
1.Solicitud del 80% de todos los padres del centro.
2.Mantenimiento del servicio de comedor.
3.Garantía de un riguroso plan de actividades extraescolares por la tarde.
4.Evaluación del funcionamiento del sistema por parte de la inspección.
Todo ello fueron nuevas cautelas y exigencias para fortalecer el rigor en la autonomía de los centros, reconocida en la LOGSE y en la LOPEG, a la hora de aceptar el estudio de propuestas sobre la organización de la jornada escolar. Sin las citadas exigencias y en mayor número, Gobiernos socialistas autorizaron la jornada continua, que está implantada en Andalucía desde 1992.- presidenta del Senado y ex ministra de Educación y Cultura.
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