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La Asamblea de Madrid aprueba por unanimidad abrir 'narcosalas'

Las salas de venopunción o narcosalas cuentan con el apoyo de los tres grupos políticos representados en la Asamblea de Madrid, que ayer aprobaron la apertura de estos recintos destinados a los drogodependientes más deteriorados. El acuerdo se alcanzó después de que el PP, impulsor del proyecto, aceptase las enmiendas de la oposición, que supeditó su apoyo a que en estos recintos se preste ayuda social y no sólo sanitaria y a que en ellos se controle la calidad de las dosis llevadas por los usuarios.

El escollo más difícil de sortear para alcanzar el acuerdo parlamentario fue, precisamente, la propuesta del PSOE e IU de que en las narcosalas se controle la calidad de la droga que llevan los usuarios para consumir. Días antes, el PP argumentó problemas técnicos para realizar esos análisis de forma inmediata. Pero ayer, poco antes de debatirse el asunto en el pleno, los populares aceptaron una moción según la cual en dichos recintos "se dispondrá de los medios técnicos para que exista la posibilidad de controlar la calidad de las sustancias".El PSOE-Progresistas, a través de Cristina Almeida, había planteado también la necesidad de iniciar en estas unidades de venopunción algún programa de dispensación controlada de heroína, aunque no lo consideraba una condición indispensable para apoyar la apertura de las narcosalas. El portavoz socialista Eduardo Sánchez Gatell explicó su conformidad con la apertura de estos recursos "porque suponen un paso adelante en la atención a los drogodependientes".

El PP, que cerró las puertas a un posible programa de heroína la semana pasada, aceptó ayer una enmienda según la cual en las narcosalas "se podrán prescribir y dispensar en los casos en que objetivamente se considere necesario aquellas sustancias autorizadas por Naciones Unidas". Para la portavoz de IU, Caridad García, dicho texto es "algo pacato". "Pero lo apoyaremos porque abre la puerta a futuras actuaciones", manifestó.

También a propuesta de IU se garantiza que se abrirán tantos puntos limpios de inyección como sean necesarios y no sólo los dos previstos, y que en ellos se prestará asistencia social y no sólo sanitaria. Se aprueba, asimismo, que en estos recintos haya "los mecanismos necesarios para afrontar las situaciones de emergencia sanitaria que pudieran producirse". Es decir, un médico de forma permanente durante las 12 horas que estas salas permanecerán abiertas todos los días.

El consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, destacó el acuerdo alcanzado entre los grupos en un proyecto que calificó de "socialmente avanzado".

La Agencia Antidroga planea abrir las dos salas de venopunción antes de Navidades. Una de ellas será una unidad móvil que acudirá allá donde haga falta y la otra estará enclavada en el poblado marginal vallecano de Las Barranquillas. Así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones el gerente de la Agencia, José Cabrera. Para ello dispone de una subvención del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio del Interior. Pero por ahora no cuenta con el permiso del Ayuntamiento de la capital, que lleva más de dos meses estudiando el proyecto.

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Las narcosalas están dirigidas a los drogodependientes más desarraigados, aquellos que han fracasado en todos los intentos de desintoxicación y que carecen de hogar. Forman parte de los llamados programas de reducción de daño, entre los que también se incluyen los planes de dispensación de metadona (un sustitutivo de la heroína que se da gratis y bajo control médico).

Con ellas se pretende ofrecer un lugar más higiénico y controlado sanitariamente a los toxicómanos que ahora están inyectándose heroína en alcantarillas y descampados. En estas salas dispondrán de jeringuillas nuevas, agua destilada, papel de plata y desinfectantes.

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