El Papa inicia hoy una compleja visita a India bajo la amenaza de los integristas hindúes

Nueva Delhi, capital de India, con más de siete millones de habitantes, recibe hoy a Juan Pablo II, en su segunda visita al país, en un clima de fuerte tensión religiosa. Pese al carácter casi testimonial del catolicismo, una religión que profesan sólo el 2% de sus mil millones de habitantes, grupos de integristas hindúes se han lanzado a una durísima campaña de protestas contra la visita del anciano Pontífice que, según los líderes más radicales, forma parte de un supuesto compló del Vaticano para destruir al hinduismo, fe religiosa del 85% de la población.

La policía de Nueva Delhi anunció ayer que se han tomado fuertes medidas de seguridad para proteger al Pontífice, aunque las autoridades no impedirán a los integristas concluir en la capital la marcha antiPapa iniciada el 21 de octubre, en Goa, en la India meridional.Han pasado más de 13 años desde la primera visita de Juan Pablo II a India, en febrero de 1986, pero la distancia entre ambos viajes parece abismal. Entonces, un Pontífice todavía joven y lleno de energía, dedicó diez días a recorrer este país complejísimo, visitando 15 ciudades. La acogida fue discreta, como preveían las autoridades vaticanas conscientes del papel menor del catolicismo en una zona rica de culturas diversas. Sin embargo, no hubo protestas, ni críticas de ninguna clase contra el Pontífice. Esta segunda visita de Karol Wojtyla, que cumplirá 80 años en mayo, durará apenas tres días y el Pontífice no se desplazará fuera de Nueva Delhi, ni pronunciará más de tres discursos en total. Pero su llegada se produce en un clima envenenado del que la propia prensa india ha responsabilizado a los extremistas hindúes. Hace una decena de días, el periódico Indian Express no dudaba en condenar la campaña de los integristas como un ejemplo "absurdamente histérico" de paranoia religiosa. En un editorial dedicado al tema, describía a Wojtyla en términos no precisamente delicados, para subrayar que el Papa, "casi octogenario, enfermo de Parkinson, con una cadera en malas condiciones y una herida de bala", difícilmente puede ser una amenaza para el hinduismo.

Rumores de un posible atentado contra el Pontífice han aparecido incluso en Internet, pese a lo cual, hasta ahora nadie ha impedido a las caravanas organizadas por grupos como el Cultural Protection Forum, recorren aldeas y ciudades de la India profunda denunciando el carácter perverso del catolicismo, cuyos misioneros "convierten a la fuerza", supuestamente, a los indefensos hindúes. La actividad de estos grupos representa un problema para el Gobierno del Bharatiya Janata Party, un partido que ha basado su triunfo en el apoyo de los sectores integristas hindúes.

El Vaticano ha manejado la situación con prudencia, pero sin acceder a las presiones de los extremistas que conminan al Papa a que pida perdón por la represión desencadenada en Goa hace cuatro siglos por los católicos portugueses. El Papa celebrará sólo dos actos en Nueva Delhi, a la que se espera asistan unas 60.000 personas, una cifra modesta en un país de multitudes.

Juan Pablo II se trasladará a Georgia, antigua república soviética del Caúcaso, donde permanecerá hasta el martes por la tarde, cuando emprenderá el regreso a Roma.