Los radiólogos ya advirtieron a Farnós en 1997 que era más barato invertir en resonancias públicas

La intención de instalar equipos de resonancia privados en hospitales públicos tiene un precedente cercano. Una orden de la Consejería de Sanidad del 31 de julio de 1997 fijaba un plazo máximo hasta el 31 de diciembre de ese año para comenzar la explotación mediante equipos de resonancia magnética privados en dependencias de hospitales públicos. El departamento que entonces dirigía Joaquín Farnós, estudió destinar 7.500 millones para tal fin desde 1998 hasta el año 2002. Farnós no llevó a la practica esta medida. Sólo el Hospital General de Valencia, dependiente de la Diputación, ha incluido equipos privados en su recinto.Por entonces, se hizo público un estudio de expertos en radiología del Servei Valencià de Salut en el que quedaba "claramente demostrado" que el coste por paciente y exploración (diagnóstico por imagen mediante resonancia magnética) resultaba "considerablemente" más barato en el sistema público que por la vía del concierto.

El estudio planteaba la implantación de equipos de resonancia magnética en seis hospitales públicos valencianos cuyo elevado número de pacientes justificaría tal decisión (el Clínico y el General de Alicante, La Fe, el Clínico y el Peset Aleixandre, de Valencia, y el General de Castellón). La conclusión general que se incluía es que el coste medio por paciente en los centros públicos se situaría entre las 14.000 pesetas y las 17.000 pesetas, mientras que el coste mediante el concierto que está en vigor con Inscanner en Alicante y con Eresa en Castellón y Valencia rondaba las 38.000 pesetas. En la actualidad los precios de las resonancias han sufrido una rebaja. Sin embargo, esta rebaja se compensa con la actual demanda de este tipo de diagnóstico por imagen, según un experto en radiología consultado por este diario, que tiende a ser más complejo (resonancias dobles o aún más complicadas). Unos estudios que aumentan el precio.

La propuesta incluía que los jefes de servicio de los citados hospitales se comprometían a garantizar la infraestructura técnica y de enfermería en el capítulo de personal y se partía del número de exploraciones realizadas en un año.

Así, tomando como ejemplo la implantación de un equipo de resonancia en el hospital La Fe de Valencia, cuya plantilla podría realizar seis jornadas de mañana y cinco de tarde, se podría realizar exploraciones a 6.027 pacientes al año. Sumando los gastos de mantenimiento, amortización de equipo, plantilla, etcétera, resulta un coste anual de cerca de 87 millones anuales, es decir, 14.600 pesetas por paciente. Comparando estos datos, una exploración por paciente mediante concierto cuesta más del doble. El estudio contempla los gastos de ambulancia, ya que la cuarta parte de los pacientes precisa ser trasladado hasta el centro sanitario.