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Aznar alerta ante un "aumento de la presión de ETA sobre la sociedad y las libertades"

Javier Casqueiro

El presidente del Gobierno, José María Aznar, llamó la atención ayer sobre las piedras que cree que ETA y los partidos nacionalistas vascos están colocando en el "largo y díficil" camino hacia la paz. El jefe del Ejecutivo previno así de que ETA "quiere tomar más fuerza y aumentar la presión sobre la sociedad" para "volver a irrumpir como actor principal en el escenario vasco". Aznar advirtió al PP para que se prepare ante un inminente incremento "de la presión sobre las libertades" y otra "vuelta de tuerca" del entorno terrorista para "imponer el proyecto soberanista o la ruptura de España".

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El presidente del Gobierno dividió su discurso de algo más de media hora, ayer ante la Junta Directiva Nacional del PP, en dos apartados: el primero sobre el estado estancado de las negociaciones de paz en Euskadi; y el segundo para esbozar los seis capítulos del programa electoral con el que se presentará a las próximas elecciones generales. Esta intervención de Aznar fue seguida por los periodistas en directo pero en otra sala y únicamente a través de monitores de televisión.Aznar quiso recordar en primer lugar, con crudeza y en profundidad, que la tregua decretada por ETA hace casi 14 meses ha mejorado "sustancialmente" las cosas porque ha permitido la convivencia en Euskadi los últimos 17 meses sin asesinatos. Y fue a partir de ese momento cuando se detuvo a relatar los graves inconvenientes actuales de esta situación. "Quien espere otra cosa, se equivoca", dijo.

El jefe del Ejecutivo comentó entonces que "ETA quiere cobrar más fuerza y aumentar su presión sobre la sociedad y quiere volver a irrumpir como actor principal del escenario vasco". Añadió, sobre el papel jugado por los partidos nacionalistas, que "en lugar de ayudar en la tarea de la paz invierten sus energías y su credibilidad en intentar aplacar a la organización terrorista". Y remató esas apreciaciones con varias advertencias ante el inminente futuro que cabe esperar en el País Vasco.

"Nuevas vueltas de tuerca"

José María Aznar previno en primer lugar sobre que en breve se va a "asistir a un aumento de la presión sobre las libertades, con nuevas vueltas de tuerca que pretenden desbordar el marco jurídico porque no se comparten las reglas de juego" democráticas.José María Aznar avisó a la cúpula de su partido para que se prepare también ante próximas propuestas de los nacionalistas vascos más radicales: "Como no hay un apoyo político a ese proyecto supuestamente soberanista y como no hay una masa crítica social, o una mayoría, que respalde una estrategia de ruptura, se querrá imponer lo uno o lo otro; o el proyecto soberanista o la ruptura descarnada de España".

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El mensaje de Aznar tenía un destinatario evidente en el entorno de ETA y otro igualmente claro en los partidos nacionalistas. Sobre estos últimos, el presidente del Gobierno auguró que "sus contradicciones van saliendo a la luz antes de lo que querrían". Y así recalcó que "el objetivo de HB", como Aznar sigue denominando a Euskal Herritarrok, "ya no es tener el apoyo del 70% o el 80% a la independencia sino a la abstención".

Aznar no comprende que HB sostenga que no tiene nada que ver con ETA "cuando cuenta entre sus diputados con uno de los nuevos interlocutores" de la banda con el Gobierno, el preso etarra José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, y "cuando el Gobierno vasco se mantiene en una mayoría que sustenta ese parlamentario".

Una declaración que se parece como una gota de agua a otra a la efectuada el pasado viernes por el ministro portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, tras el Consejo de Ministros, cuando le refrescó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que su Gobierno se sostenía precisamente con los apoyos de Josu Ternera. Piqué descalificó ese día la trayectoria sanguinaria de los nuevos interlocutores de ETA pero dejó abierta la "disponibilidad absoluta" del Gabinete de Aznar a un encuentro "cuanto antes" con esos portavoces de la banda terrorista.

El presidente no mencionó ninguna novedad sobre la posibilidad de una cita con los interlocutores de ETA. Ese tema no entró en su alocución nada más que de una manera genérica al constatar que tanto él como su partido "siguen abiertos a todos los entendimientos y diálogos que puedan resultar positivos y razonables". Eso sí, Aznar recalcó, justo después de rememorar las relaciones políticas e institucionales entre el PNV y EH y con un tono entre enigmático y preocupado, las consecuencias reales que entiende le han reportado a los nacionalistas vascos firmar, hace algo más de un año, la Declaración de Lizarra.

"La actividad de HB"

Aznar remachó ayer que aquel acuerdo se suscribió supuestamente "para atraer a los radicales a la participación activa en las instituciones". "Ahora EH promueve la abstención activa y ya podemos suponer a qué actividad se refieren", agregó.Aznar avisó por último de que "los nacionalistas intentarán descargar dardos contra los demás y descansar sus contradicciones en responsabilidades ajenas", como sostiene que ya han intentado recientemente con el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, arremetió este fin de semana contra Mayor al etiquetarle como "ministro de la guerra" y al aventurar que no estaba por promover la paz en el País Vasco.

José María Aznar situó por último al PP en la balanza contraria a los partidos nacionalistas vascos y a ETA. Pidió serenidad como garantía del respeto al mantenimiento del marco constitucional, del Estatuto de Gernika y de la pluralidad de las instituciones en el País Vasco.

Y finalizó esa parte de su exposición reiterando una contraposición entre los que respetan las reglas del juego democráticas y los que "las deslegitiman, no las aceptan o transigen con los que no aceptan las reglas del juego". La frase con la que acabó ese apartado fue tan esperanzadora como inconcreta: "Seguiremos haciendo los esfuerzos que sean necesarios para consolidar el proceso de paz".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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