Mayor: "El PNV pagó un precio a ETA y quiere que paguen los demás"

El ministro del Interior, Jaime Mayor, tildó ayer de "barbaridades" las declaraciones de quienes califican de "guerra" la posición del Gobierno de negociar "la paz por la paz", sin "calificativos ni adjetivos". "Eso no es la guerra", subrayó Mayor, quien pidió a los ciudadanos que "no se acomplejen por los gritos y las amenazas". De este modo respondió a las palabras que el pasado domingo pronunció el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, quien se refirió a Mayor, en un mitin en el País Vasco, como el "ministro de la guerra, que sólo entiende de exterminio".Mayor no quiso entrar en la "confrontación personal" con el líder del PNV, pero advirtió de que "el final del terror no puede ser una prima ni un premio a los terroristas". A su juicio, la única novedad que hay en el proceso es la "confirmación de que el PNV en estos momentos está sin norte político".

"Quiere que los demás paguemos el precio político que ellos han pagado a la organización" terrorista, dijo. El ministro apeló a los demás partidos y a la sociedad a "no caer en el contagio, en su nerviosismo, en su encrucijada, en su dramatismo, en su radicalización", en alusión al PNV.

Suspensión de la justicia

Hizo extensivas estas afirmaciones a la petición del PNV navarro de que la justicia penal no actúe durante el diálogo con ETA. "En estos momentos, hay una situación en la que un partido ha pagado un precio político a ETA y quiere que los demás lo paguemos", reiteró.Pidió al PNV que vuelva "al sentido común y a la centralidad del país, que vuelva a desempeñar un papel de centralidad en la tierra vasca" y agregó que esa formación no debe introducir dudas en la sociedad sobre la posición del Gobierno, que es la de siempre, basada en la "firmeza y la exigencia democrática".

Por otra parte, Mayor Oreja confirmó que "hay una mayor concentración de etarras en el sur de Francia" y en el resto de dicho país desde el inicio de la tregua y consideró "lógico" que "en estos momentos de duda e incertidumbre sobre lo que va a suceder" los activistas se acerquen a la dirección de la banda.

También señaló que no había ninguna novedad respecto a los contactos con la banda, interrumpidos desde el pasado julio.

Sobre la huelga de hambre de 20 presos de ETA para pedir la excarcelación, el ministro insistió en que el Gobierno no modificará su política penitenciaria "por la presión y la coacción" de una medida de estas características.

Subrayó que la huelga de hambre se debe tratar de evitar siempre, pero reconoció el derecho de los etarras a llevarla a cabo, por lo que el Gobierno cuidará de que los presos mantengan las condiciones médicas adecuadas. En este sentido, pidió "sentido común y lógica" a estos presos y argumentó que si se atendieran sus demandas, esta petición podría generalizarse a los 40.000 reclusos que hay en España.