Fronteras para la justicia, no para los hampones
"Lo importante es que hemos arrancado". El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, acepta sin decirlo abiertamente que la reciente cumbre de Tampere para buscar fórmulas contra la delincuencia organizada no se traducirá de momento en nada concreto. Así lo creen también varios responsables policiales: "Sólo son buenas palabras", resume uno de ellos."Los próximos cuatro años serán decisivos para la construcción del espacio judicial y policial europeo", vaticina Mayor Oreja, posiblemente con más optimismo que sentido de la realidad.
Porque la realidad, según quienes se enfrentan a ella cada día, es que en Europa sigue habiendo fronteras para la policía y los jueces, mientras que los hampones circulan con libertad entre un país y otro. Y una de las principales "preocupaciones" es que el número de integrantes de cada banda tiende a aumentar (en la actualidad, cada organización asentada en España tiene un promedio de 32 miembros).
"Hay crimen organizado porque es posible el blanqueo de dinero. No puede haber paraísos fiscales que faciliten este blanqueo y, sin embargo, hay varios en Europa", dice Mayor Oreja. Aunque él no pone nombre a ninguno de estos paraísos, un miembro de las fuerzas de seguridad apunta a Gibraltar, donde, según datos del Gobierno, hay inscritas 7.958 entidades jurídicas que realizan operaciones inmobiliarias en Cádiz y Málaga. Otras muchas lo hacen sin estar registradas en España.
Llevados quizá por un bienintencionado optimismo, responsables de Interior aventuran que en el momento en que el Reino Unido se incorporase al Tratado de Schengen acabaría el desmadre de sociedades que son utilizadas en Gibraltar para limpiar el dinero. Acabaría "esa situación extraña, compleja y anacrónica", apunta Mayor Oreja.
El 59% de los grupos desarticulados por el Cuerpo Nacional de Policía el año pasado se dedicaban al tráfico de drogas; el 4% al lavado de capitales; el 1,5% a los atracos y el 1% a la explotación de la prostitución.
"La complejidad de la ingeniería financiera, la existencia de paraísos fiscales y la falta de suficientes expertos hacen que hasta ahora se tenga poco éxito" en la desarticulación de redes de lavado, confiesa un alto cargo de Interior.
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