Nervios
ADOLF BELTRAN
A Justo Nieto le pone nervioso Enric Valor. El rector de la Universidad Politécnica se levantó de una reunión de la junta de gobierno cuando se debatía conceder el doctorado honoris causa al escritor de Castalla con el argumento de que la propuesta podía crear nerviosismo en la institución. Aunque la junta ha acabado después por aprobar, en votación mayoritaria, la concesión de esa distinción al literato y gramático, la anécdota perfila un poco más la psicología de ese rector de vocación perpetua, superviviente a todas las coyunturas. En fin, Valor pone nervioso a Nieto, que prefiere, él sabrá por qué, los honoris causa para otras figuras de relumbrón cuya carga polémica es neutra a efectos del consumo interno en nuestra sociedad. Quien pone nervioso a Eduardo Zaplana, sin embargo, es Manuel Tarancón. Corrijo: al presidente le pone nervioso que se expliquen detalles sobre los negocios privados que gravitan alrededor de las decisiones políticas del consejero de Educación. Le afecta también que se publique qué tipo de negocios giran en torno de la sanidad valenciana. Y por eso le pone nervioso el caso que atañe al diputado Luis Concepción. Según el presidente, -que se está acostumbrando a reñir a la prensa con un paternalismo dolido un tanto pueril-, las explicaciones sobre la vinculación del presidente de la comisión de Sanidad de las Cortes y de su familia con la empresa de resonancias magnéticas que factura en exclusiva a la Generalitat cientos de millones de pesetas porque el PP decidió no dotar de esos medios a los hospitales públicos cuando llegó al gobierno, deberían bastar "para que, lógicamente, no se siguiera insistiendo en una línea absolutamente desacertada". Podríamos discutir sobre el nerviosismo del poder como efecto colateral inevitable del periodismo cuando ejerce razonablemente su función. Bastará ahora con apuntar que los populares no están acostumbrados a ver desgarros en la propaganda altiva de su administracion. En todo caso, haría bien Zaplana en preguntarse si detrás del desasosiego se esconde la verdad.
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