Diez mujeres reconocen sin ninguna duda al violento atracador de Santa Caterina

Diez de las 12 mujeres víctimas del violento atracador que desde primeros del mes de octubre sembró el miedo en el barrio de Santa Caterina de Barcelona, señalaron el viernes, sin ninguna duda, a Muhaammad Z., un paquistaní de 26 años, como el autor de los asaltos. Cuando Muhaammad, mezclado con otras personas de tipología similar a la de él, fue sometido a una rueda de reconocimiento, las mujeres lo reconocieron "positivamente", señaló ayer un portavoz de la Jefatura Superior de Policía.Las dos mujeres que no reconocieron al detenido como la persona que las asaltó pueden haber sido víctimas de otros atracadores. En cualquier caso, la policía no tiene dudas y señala que Muhaammad Z. es el autor de los robos y las agresiones a las mujeres.

Muhaammad inició su actividad delictiva en la zona de Santa Caterina -el barrio en el que él mismo vive- el pasado día 5 de octubre. Entre el día 5 y el 16 no tuvo actividad delictiva alguna, pero entre este día y el pasado día 25 asaltó a una decena de mujeres cuando éstas, de noche, regresaban a sus casas, la mayoría de ellas tras una dura jornada laboral.

El violento atracador -a la mayor parte de las mujeres asaltadas les pegaba un navajazo- habla castellano, lo que indica que lleva ya algún tiempo en España, y tiene los papeles en regla. Ha pedido la solicitud de residencia fija y no tiene antecedentes penales ni judiciales. Vivía hacinado con otros siete compatriotas en un piso del barrio de Santa Caterina y no se le conoce trabajo ni actividad productiva alguna, según informa la policía.

Todos los robos -siempre a mujeres solas- los cometió en un radio de 500 metros del piso donde vive. Una de sus víctimas, una mujer magrebí, acompañó en la madrugada del viernes a una patrulla policial que buscaba al atracador. Fue esta mujer quien lo reconoció en una de las estrechas calles de Santa Caterina. Los agentes le dieron el alto y Muhaammad Z. arrancó a correr. Tras una operación de cerco, los policías consiguieron detenerle media hora más tarde.