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Tribuna:LA HORMA DE MI SOMBRERO
Tribuna
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Tras las huellas de Jim (I) JOAN DE SAGARRA

El 24 de enero de 1962 se estrenaba en París Jules et Jim, el tercer largometraje de François Truffaut. Se mantuvo en la cartelera casi tres meses y la vieron 210.000 espectadores, lo que, a la sazón, constituiría un éxito relativo. Yo la vi en octubre de aquel año, en un cine de Tours, y quedé fascinado, tanto que repetí: volví a verla tres veces seguidas en un mismo día. Desde entonces habré vuelto a verla un centenar de veces.Jules et Jim, la película de Truffaut, era la adaptación cinematográfica de una novela homónima de un tal Henri-Pierre Roché, y los tres personajes -Jules, Jim y Kathe (Catherine en la película)- y su historia, un ménage à trois, eran reales: Jules era el escritor alemán Franz Hessel, Jim era su amigo Henri-Pierre Roché y Kathe era la mujer de Franz, Helen, que fue amante, una de las amantes, de Roché. La novela había sido publicada por Gallimard en 1953, seis años antes de la muerte de Roché (8 de abril de 1959), el cual no pudo llegar a ver la película de Truffaut, tan sólo unas fotos de Jeanne Moreau, la que sería la Catherine del filme, que le había mostrado Truffaut y que le causaron una agradable impresión.

Leí la novela de Roché y otra posterior, Les deux anglaises et le Continent, que éste había escrito después de publicar Jules et Jim y que Truffaut llevaría también al cine. Y seguía viendo Jules et Jim siempre que podía. En 1989, en Aviñón, cuando Antoine Vitez estrenó La Célestine, tuve el privilegio de almorzar con Antoine Vitez y la Moreau en el Hotel d"Europe, y logré, tras mucho rogar, que la actriz (que aquella misma noche encarnaría a la Celestina de Rojas) nos cantase Le tourbillon de la vie: On s"est connu, on s"est reconnu..., la canción de Rezvani que Jeanne cantaba en Jules et Jim. Aquel mismo año compré la traducción francesa de un libro de Franz Hessel, Promenades dans Berlin, y al año siguiente otro, Romance parisienne, al tiempo que me enteraba de la fecha de su muerte: el 6 de enero de 1941, en Sanary-sur-Mer, en el sur de Francia.

En 1996, mi relación con el triángulo Jules, Jim y Kathe dio un paso muy importante. En una librería de Milán di con la traducción italiana de un libro de Manfred Flügge, "profesore di letteratura francese nell"Università di Berlino". El libro se titulaba Il triangolo spezzato. La vera storia di Jules e Jim. Me lo leí en una noche y descubrí algunas cosas muy interesantes.

Descubrí que Franz Hessel era un personaje de un cierto peso en el Berlín literario de principios de los años veinte y, a través de sus amistades, llegué a la conclusión de que bien hubiese podido conocer en Berlín a mi padre, el cual a la sazón era corresponsal del diario El Sol. También descubrí que una de las amigas del matrimonio Hessel, y figura destacada del Schwabing muniqués -el barrio bohemio- de principios de siglo, era la condesa Franziska zu Reventlow, de la que yo había conocido una nieta en Viena, en el verano de 1955, una muchacha pelirroja que se albergaba, como yo, en la Wiener Pension, en la Seilergasse, una pensión que regentaba una señora que había sido secretaria de la emperatriz Zita.

Descubrí que Roché tenía un hijo, Jean-Claude Roché, nacido en 1931 y al que Roché no reconocería hasta cinco años más tarde, el cual no es otro que Jean-C. Roché, el editor, junto a Eloisa Matheu, del disco Ambiances sonors du Costa-Rica, un disco con cantos de pájaros que me pongo en las noches de estío para escuchar al Ramphastos swainsonii, uno de mis tucanes favoritos, mientras éste llama a su pareja en el parque nacional de Corcovado. Descubrí también que Roché tenía una madre, Clara, muy posesiva, como la mía, que detestaba a sus novias o amantes, como la mía, y que había vivido un montón de años en el 99 del bulevar Arago, en París, a 100 metros escasos de un pisito en el que yo viví, en el mismo bulevar.

Pero mi mayor descubrimiento fueron las palabras que Albert Sorel, el profesor de Roché en Sciences-Po, le dijo al joven Roché que aspiraba a convertirse en diplomático (como yo): "Vous n"avez ni un nom, ni une fortune, ni une santé à toute épreuve. Vous êtes un idealiste, un curieux. Renoncez aux concours. Voyagez, écrivez, traduisez. Apprenez à vivre partout. La France manque des informateurs qui sont une des forces de l"Anglaterra . Commencez tout de suite". ¡El sueño de mi vida!

El 25 de junio de este año, el suplemento literario de Le Monde anunciaba la aparición de una biografía de Roché, escrita por Scarlett y Philippe Reliquet, al tiempo que informaba de la existencia, para mí desconocida, de los Carnets de Roché de los años 1920-1921, los años de su lío con Helen, así como del Journal de ésta, correspondiente a la misma época. Los pedí a Laie junto con la biografía de Roché. Primero llegaron los Carnets y el Journal, y cuando los estaba leyendo me encontré en el correo con una amable carta del flamante director del Institut Français de Barcelona, el señor Philippe Reliquet, invitándome a almorzar. (Continuará).

P.S. El padre Hilari Raguer, monje de Montserrat, me escribe: "Sobre l"entusiasme d"Escarré [el que fuera abad de Montserrat] per Franco, va arribar a prohibir formalment que els monjos expliquessin acudits contra Franco. El P. Paulí Ballet (que després seria expulsat) va preguntar, fent-se l"ingenu: "I contra la seva senyora...?". Bernard Frank, mi maestro del Nouvel Obs", ha cumplido 70 años y se ha autorregalado 12 botellas de Château-Lafite Rothschild 1970. Felicidades. El último Camilleri, Gli arancini di Montalbano, acaba de llegar a Laie.

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