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El Estado mantiene en los Montes de Málaga un centro en desuso desde 1994

En 1994, cuando se transfirieron a las comunidades autónomas las competencias de Medio Ambiente, el Parque Natural de los Montes de Málaga pasó de las manos del Gobierno a las de la Junta. La finca El Boticario, el centro ambiental que alberga y los cuatro funcionarios asignados a él quedaron en manos del Estado. Y hace ya cinco años que el centro no tiene uso. La Junta ha reclamado su cesión reiteradamente, pero los continuos cambios de altos cargos en el ministerio de Medio Ambiente impiden que se formalice.

En las indicaciones del Parque Natural de los Montes de Málaga figura El Boticario como "centro medioambiental". Sin embargo, la hermosa casa de 1.309 metros cuadrados que debería albergarlo permanece cerrada a calicanto, y nada hace sospechar que dentro haya cuatro funcionarios toda la mañana en días laborables.Pero es así. El ministerio de Medio Ambiente mantiene en esta sede, sin función alguna desde 1994, a todo su personal laboral: un conductor destinado a hacer de chófer de un jefe que se jubiló en 1993, un guarda forestal y dos auxiliares administrativos. Los trabajadores no quieren hablar, y tampoco permiten hacer fotos del lugar. "Tenemos orden de no dejar pasar a la prensa. Si necesitan algo, vengan con una autorización por escrito del Ministerio", zanja una funcionaria.

Desconocimiento

En el Ministerio de Medio Ambiente nadie parece conocer la situación del centro y de sus trabajadores. La transferencia la tiene que formalizar la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, pero el problema es que el director general ha cambiado cuatro veces en lo que va de legislatura. El último titular del cargo, Alberto Ruiz del Portal Mateos, tomó posesión la semana pasada. Aún no está enterado del tema.

"Lo único que me han dicho es que no hay objeciones para traspasarlo, pero no sabemos nada más", se disculpa una de las responsables del gabinete de prensa de la cartera que dirige Isabel Tocino. Pero no hay ningún responsable que pueda explicar cuál es la tarea de los cuatro funcionarios, ni quiénes son las personas que habitan la vivienda aneja al centro ambiental, que no forman parte del personal del mismo.

Sin embargo, el Gobierno sí sabe que existe esa propiedad. Cuando se anunció que Málaga iba a convertirse en la sede en la región mediterránea de la UICN, el más importante organismo conservacionista del mundo, el Ministerio de Medio Ambiente propuso El Boticario como sede, aunque finalmente se eligió otra.

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El delegado de Medio Ambiente de la Junta en Málaga, Ignacio Trillo, declara que está "desesperado" de pedir la cesión del centro y la adscripción de su personal a la Junta sin éxito. "Cuando logramos algún avance, vuelven a cambiar al director general", se lamenta. El diputado socialista Miguel Ángel Heredia también se ha interesado en el tema, y prepara una iniciativa parlamentaria para reclamar la transferencia de la finca. "No es lógico que se mantenga ese lugar en desuso y a esos trabajadores sin funciones", dice.

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