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Incertidumbre

Rosa Montero

El Guggenheim de Bilbao acaba de cumplir dos años: la modernidad va envejeciendo. Siempre me ha fascinado ese edificio carnoso y orgánico, tan rizado y ondulante como una anémona. Ahora, el País Vasco tiene otra construcción formidable: el Kursaal de Moneo en San Sebastián. Al contrario que el Guggenheim, el Kursaal no da la medida de sí mismo en las fotografías. Retratado, el edificio parece una quieta mole de dos cubos; en la realidad, es un espacio desencajado e inquietante. Las aristas no cuadran, las paralelas terminan convergiendo. Toda la estructura, inmensa como es, se encuentra descoyuntada, como si hubiera sufrido un terremoto.La arquitectura es uno de los lenguajes de la humanidad, un lenguaje de hierro y de cristal, de hormigón y de piedra. Lo que las sociedades dicen con sus edificios es lo mismo que expresan con sus novelas, sus políticas, sus guerras. Se podría hacer un seguimiento de los sueños y terrores de los humanos a través de la forma de sus ventanas.

Todas estas obviedades vienen a cuento porque me parece que el Kursaal y el Guggenheim, teniendo diseños totalmente distintos, nos cuentan la misma historia. Los dos son colosales, y, sin embargo, ligeros. Y además, se mueven: el Guggenheim, como un bicho polilobulado y perezoso, con las escamas de titanio agitándose al viento; el Kursaal, como si anduviera patinando sobre un suelo dudoso y estuviera a punto de desplomarse. Ambos constituyen, por tanto, una alarmante transgresión a la solidez tradicional de los edificios. Y ése es el quid de la cuestión: ahora, en estos finales del milenio, la solidez y la seguridad se han acabado. Todas las certezas se nos han hecho añicos: desde la fe en Dios hasta la confianza en el progreso, desde la propia identidad hasta el amor. En un mundo tan fragmentario y tan azaroso, ni siquiera los inmuebles más enormes se asientan con rotundidad sobre sus cimientos. El Guggenheim y el Kursaal son obras tan emocionantes y expresivas porque reflejan nuestros deslizamientos interiores. Es la arquitectura de la incertidumbre.

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