El Gobierno ofrece a la banda reabrir el diálogo en los "términos anteriores" al bloqueo
El Gobierno hizo público ayer, pocas horas después de conocer la nota de ETA, un escueto comunicado en el que reitera a la "organización terrorista" -ya no la define como "organización armada"- su ofrecimiento al diálogo "en los mismos términos planteados antes de la suspensión unilateral" de los contactos por parte de ETA. Aunque el texto no lo precisa, el Ejecutivo mantiene su disposición a reabrir el diálogo suspendido en julio, que se ceñía a la situación de los presos etarras y los exiliados, cediendo exclusivamente a los partidos, y nunca a ETA, la capacidad de abordar los temas políticos que pretende la banda, tal y como los interlocutores de La Moncloa ya manifestaron a ETA en el contacto mantenido en mayo.
El ministro del Interior, Jaime Mayor, tuvo conocimiento de la nota publicada por ETA en el diario Gara poco después de las ocho de la mañana. Los dos principales interlocutores del Gobierno con ETA, los secretarios de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxà, y de la Presidencia, Javier Zarzalejos, precisaron después que, al menos hasta entonces, no había llegado ninguna carta de ETA a través de los canales establecidos, a pesar de lo que señalaba la nota de la banda.El presidente del Gobierno, José María Aznar, fue inmediatamente informado, y entre todos, que forman el Gabinete de seguimiento de la tregua, acordaron responder de inmediato. El Gobierno constata, en su análisis interno, que la nota de ETA es un claro retroceso respecto a la situación anterior a julio y estima que, en el mejor de los casos, es "un ejercicio de propaganda para consumo interno" -se hace pública coincidiendo con el 20 aniversario del Estatuto de Gernika- y, en el peor, la preparación del terreno por parte de la banda para una ruptura de la tregua. Los aspectos más negativos que contempla el Ejecutivo son, en primer lugar, de forma. Tras los contactos suspendidos unilateralmente por ETA en julio, los interlocutores gubernamentales esperaban que si la banda mantenía su interés en recuperar el diálogo lo hiciera por la vía de la comunicación interna, como sucedió desde noviembre de 1998 hasta julio. El que ETA haya acudido a la nota pública y a la imposición de cuatro condiciones para recuperar el diálogo ha abierto expectativas poco halagüeñas, según La Moncloa. También supone un retroceso el primer punto que propone ETA. Los nuevos interlocutores que designa la banda -Kubati, Josu Ternera y Kantauri-, además de sus conotaciones personales, al estar dos de ellos encarcelados en España y un tercero en Francia por delitos muy graves, supone una bajada del escalón. En el único contacto que la representación del Gobierno mantuvo con ETA, en mayo de 1999 en Zúrich (Suiza), lo hizo con la propia dirección de la banda. Entonces acudió el máximo dirigente de ETA, Mikel Albizu, Antza, acompañado de Belén González Peñalba. Al Ejecutivo también le parece un retroceso que en el orden del día que propone ETA para una segunda reunión aparezca la retirada de las Fuerzas de Seguridad del Estado del País Vasco y la aceptación por el Ejecutivo del "ámbito vasco de decisión". Fuentes gubernamentales recordaron ayer que en el contacto celebrado en mayo con ETA la representación del Gobierno ya aclaró que no tenía competencia para aceptar el "ámbito de decisión vasco". En cuando a la retirada total de las Fuerzas de Seguridad del Estado, no es posible, según las mismas fuentes, porque buena parte de ellas ya ha sido sustituida por la Ertzaintza, y las restantes ejercen las competencias que les concede el Estatuto de Gernika en materia extraterritorial o supraterritorial -pasaportes, aduanas, contrabando, terrorismo...-. Sólo uno de los cuatro puntos es totalmente asumible por el Gobierno: la negociaciación de la salida de los presos etarras y el regreso de los exiliados. Este punto fue ofrecido por los interlocutores de La Moncloa a la dirección de ETA en su contacto el pasado mayo. En todo caso, el Gobierno elude en su comunicado responder a ETA en sentido negativo, y lo hace así, según fuentes de La Moncloa, para no caer en la trampa del rechazo al diálogo. En su breve comunicado, se limita a reiterar su disposición al diálogo en los términos conocidos por ETA en su reunión del pasado mayo, esto es, la salida de presos y el regreso de los exiliados a cambio del cese definitivo de la violencia.
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