"Somos el primer mendigo de Europa"
Los jubilados de Belgrado salen de vez en cuando a la calle para protestar contra su situación. En la plaza Nikola Pasic, en el centro de la capital, se congregan unos 150, que organizan un mitin con altavoces de gran potencia, ante la mirada de una docena de policías uniformados, que guardan una distancia prudencial y no los pierden de vista.Un orador protesta contra el pago de la jubilación con cupones para el consumo de electricidad, una modalidad nueva introducida por el Gobierno. Denuncia el orador que han recibido cupones por un valor de 300 dinares y, si gastan más, tienen que pagar en efectivo en el acto o con intereses por demora, aunque ellos perciben la renta con meses de retraso.
Un segundo jubilado grita ante los micrófonos: "Somos el primer mendigo de Europa. Los altos funcionarios del régimen dicen que vivimos mal. Si ya lo saben, ¿por qué no mencionan la causa? Uno tendría primero que limpiar su propia casa antes de echarles culpa a los demás. El régimen siempre acusa a otros por todo lo malo que pasa aquí. Pero, por ejemplo, el Lopion (una medicina para enfermedades del corazón) lo producimos nosotros y no lo hay en las farmacias. ¿Por qué? Porque lo exportan". Una mujer enardecida lanza a gritos: "El presidente de Serbia no es presidente del pueblo. Llegaron al poder o por fraude electoral o por promesas falsas. Las bestias que gobiernan nos comerán primero a nosotros y después devorarán a nuestros hijos".
Ljubivoje, de 73 años, jubilado tras 40 años de trabajar como electrotécnico de ascensores, percibe una renta mensual de 1.800 dinares . Su mujer, jubilada como empleada administrativa de la Academia de Ciencias de Serbia, recibe 1.200 dinares de renta . Escucha Ljubivoje a los oradores sentado en el borde de la cerca del jardín de la plaza y resume con resignación: "Nosotros somos los culpables de lo que nos pasa. Tres veces fuimos a las elecciones y las tres nos jodimos".
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