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"¿Y por qué no pensar en ganar la carrera?"

Àlex Crivillé afronta hoy, con 29 años, el día que puede resultar más trascendental en su carrera deportiva. Disputa en Brasil su 161º gran premio en el Mundial. Será una carrera especial, tensa e importante. Para coronarse como rey de 500 necesita quedar entre los 10 primeros. Una tarea, en principio, asequible para el noi de Seva.Pregunta. ¿Cuál va a ser su estrategia?

Respuesta. El objetivo es el título y los números son fáciles de hacer. Sé que tengo que acabar entre los 10 primeros, y puedo correr con ese dato en la cabeza. Pero la estrategia la define la carrera, lo que ocurre en cada curva y en cada vuelta.

P. ¿Qué habría pensado si alguien, hace seis meses, cuando el Mundial arrancó en Malaisia, le hubiera dicho que ahora estaría en esta privilegiada situación?

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R. Le habría preguntado dónde había que firmar. Al comenzar la temporada, el objetivo era alcanzar el número uno, ser campeón del mundo de 500. Pero el año es muy largo y pasan tantas cosas...

P. ¿Recuerda cuándo fue la última vez que quedó más atrás de la décima posición?

R. Sinceramente, no tengo noción de haber tenido un resultado tan bajo, pero no llevo las cuentas exactas.

P. ¿Qué puede hacer peligrar su título?

R. Una caída. Puedo permitirme un margen mayor de seguridad, pero eso no te deja sin riesgo. En la pista vamos a más de 300 kilómetros por hora y en cualquier momento puedes sufrir un accidente. Toco madera para que la mala suerte no se acerque a mí en Brasil. Y espero que haga buen tiempo.

P. Después de la lesión en la mano izquierda que sufrió en Australia, ¿cuál es su condición física actual?

R. Todavía no estoy al cien por cien. La muñeca aún me duele al hacer algunos movimientos.

P. ¿Tiene pensadas las celebraciones?

R. No quiero saber nada, ni pensar en ello. Primero vamos a hacer la carrera, después ya veremos.

P. ¿Pero está al tanto de la fiebre que se ha desatado en España?

R. Sé que hay cosas en marcha, pero no quiero conocerlas. La gente que está a mi alrededor se ocupa de ello. Mi preocupación es concentrarme para el gran premio e intentar conquistar el título. Nadie tiene más ganas que yo de que esto se termine. Se me está haciendo muy largo.

P. ¿Cómo está pasando este gran premio? ¿Es consciente de que se trata del más importante de su vida?

R. Intento que sea normal. Es un gran premio como los demás. Me preguntan si estoy más nervioso o más presionado, y la verdad es que no. Sobre la moto siempre se pasan nervios, pero te acostumbras. En cuanto a la rutina de trabajo, ha sido la misma de siempre: he dedicado los entrenamientos a buscar una buena puesta a punto. Para hoy tengo claro que mi ventaja me permite tomarme la carrera con tranquilidad. Si alguien tiene que estar presionado es Okada. Él necesita ganar las dos carreras que quedan y que yo falle. Si todo transcurre con normalidad, parece más sencillo quedar décimo que toda esa suma de circunstancias.

P. Sin embargo, quienes le conocen bien dicen que quiere ganar la carrera.

R. Cuando uno sale al circuito siempre es para hacerlo lo mejor posible. Y si se me presenta la oportunidad de vencer, ¿por qué no pensar en la victoria? Sería perfecto redondear el año con un triunfo.

P. ¿Se acuerda de una jornada parecida a la de hoy, hace 10 años, el 27 de agosto 1989, cuando se proclamó campeón del mundo de 125?

R. Sí, claro. Fue un día inolvidable. Yo era muy joven y todo lo que me ocurrió entonces me pareció alucinante. Desde aquella época han pasado mucho tiempo y muchas cosas. He vivido momentos buenos y otros malos. Pero espero que hoy sea uno de los días más felices de mi vida.

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