"Tenemos que invertir los términos de la cultura y la fiesta"
Bilbaíno, de 46 años, arquitecto de profesión, José Luis Sabas llegó a la concejalía de Cultura de Bilbao de la mano del actual alcalde, Iñaki Azkuna, con quien llevaba más de diez años de colaboración en el Departamento de Sanidad. Con el apoyo de sólo nueve concejales al equipo de gobierno, sacar adelante sus planes para "dejar un poso" de la buena racha cultural que vive Bilbao depende del apoyo de la oposición. Pregunta. ¿Cómo va a llevar a práctica su lema "más cultura y menos festejos"?
Respuesta. Yo creo que Bilbao ha consolidado la fiesta, pero se han dedicado a ese fin demasiados recursos económicos. La cultura y el conocimiento son el futuro de Bilbao. Además, tenemos que aprovechar una manera de hacer, de sentirse orgulloso de ser bilbaíno, un señorío que hay que recuperar, sin perder el sentido de la fiesta, pero siendo realistas sobre nuestras capacidades. Tenemos que invertir los términos de la actividad cultural y la actividad festiva. Está dos a uno a favor de la fiesta; de entrada hay que igualarlo y después conseguir más peso para la cultura. Es duro, pero debemos pensar si queremos potenciar las bibliotecas o tener un festival Bilbao Tropikal. No somos una ciudad multimillonaria.
P. ¿Cuánto dinero maneja el área de Cultura?
R. En total, con todas las sociedades, unos 2.700 millones. En lo que es propiamente área de Cultura, 650 millones y sólo la Aste Nagusia se lleva 200. Es mucho dinero, habrá que buscar patrocinadores y pensar que igual no podemos tener Carnaval, cabalgata de Reyes,...
P. ¿La oferta cultural debe ser para el consumo de los ciudadanos o para los visitantes?
R. Si queremos dar un buen servicio cultural a los visitantes, tenemos que alcanzar primero un buen nivel. Tenemos que interiorizar la cultura y luego ofrecerla al exterior. Y hay que tener cuidado en no ser elitista; sin perder las vanguardias hay que ofrecer otras cosas más accesibles. No somos una empresa privada, nuestros clientes son muy variados. Hay que cuidarlo todo.
P. ¿Cuánto tiempo puede aguantar el Teatro Arriaga sin director?
R. Poco, porque el presidente, que soy yo, el concejal de Cultura, no está en ese puesto para llevar la gerencia del Arriaga. Luis Iturri dejo un equipo formado, pero necesita un gerente que consolide la situación.
P. ¿Prefiere un director artístico o un administrador?
R. No es fácil encontrar un buen candidato. No es conveniente que un gestor no se acerque a la actividad que realiza. Tiene que haber un trasvase de información, un acercamiento de la política artística a la gestión. El Arriaga tiene que creerse lo que es: el líder de las actividades culturales de Bilbao. Tiene que estar con todas las butacas llenas.
P. ¿Cómo piensa que puede elevar una ocupación que ronda el 50%?
R. Tiene que hacer un esfuerzo de comunicación y de seguridad en sí mismo.
P. ¿No era la producción de montajes uno de esos elementos de identidad? No se han estrenado producciones propias desde la desaparición de Iturri [fallecido en mayo de 1997].
R. En esas vamos a seguir. Habrá que traer directores invitados. También le falta un consejo de asesores. También quiero contar con observadores externos que nos mantengan al día y que permitan que las ideas de la calle lleguen a la Administración.
P. ¿No perjudica al Arriaga la falta de coordinación con el Palacio Euskalduna?
R. Euskalduna está muy nuevo, en período de rodaje. En uno o dos años solucionaremos la ubicación de los conciertos de la Sinfónica de Bilbao, que no tienen espacio en su sede y han sido trasladados al Arriaga. Mientras, escojamos lo positivo: tenemos una gran orquesta en el Arriaga.
P. ¿Y el Teatro Campos, cerrado desde hace años?
R. Es una reserva excelente, pero todavía no hay un proyecto. La Alhóndiga es el gran equipamiento cultural prioritario, también en el aspecto inversor. No se puede tener el centro de Bilbao privado de equipamientos. Tiene necesidades de deporte, de ocio y la posibilidad de contar con un buen equipamiento cultural. Quiero, además, relanzar la Biblioteca de Bidebarrieta, crear un centro de cultura contemporánea.Bidebarrieta debe ser el foro cultural de Bilbao, que deje un poso y tenga continuidad.
P. ¿Hace algún reproche a la participación del Gobierno vasco en el Bilbao cultural?
R. Reproches, no. Pero creo que debía haber un apoyo más decidido al Festival de Cine Cortometraje. Cuando defina una política cultural de Bilbao sensata, con un plan estratégico adecuado del Ayuntamiento, acordada con el resto de grupos municipales, entonces podremos rompernos la cara con el Gobierno.
P. ¿Y el futuro del festival?
R. Tiene que dejar de vivir de su historia y adaptarse a los tiempos e incorporar el mundo digital; si no, languidecerá. Si está vivo, tiene que haber ese debate interno. A medias tintas no vamos a poder estar; es política de parcheo y a principio de mandato es el momento de marcar las líneas.
P. ¿Cómo ve la iniciativa de abrir en Bilbao un museo Dalí?
R. Es bueno para la ciudad. Se puede conseguir una nueva actividad. Si se cede un local, habrá que estudiar un contraprecio. Depende de cómo se plantee.
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